Salud

¿Parto natural o cesárea?

De 2016 a 2021 murieron en México 5 mil 99 mujeres por causas relacionadas con la atención obstétrica; es decir, cerca de 850 al año.

El parto natural fortalece el vínculo entre la madre y su hijo y el apego inmediato, mientras que una cesárea tiende a separarlos, afirmó el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Juan Carlos Pérez López.

Al analizar los retos de la salud materna en el presente siglo, el académico afirmó que como parte del mejoramiento en este rubro de la salud, se practicaran menos cesáreas, aproximadamente 15% de estos procedimientos por cada 100 mil nacidos vivos. Esta meta se retomó en los Objetivos y metas de Desarrollo Sostenible (ODS).

“Inicialmente teníamos indicadores de hasta 50% de los nacimientos por vía cesárea, se redujo e incluso llegó a mantenerse en 25%. La expectativa era llegar al 22% en el año 2020. Sin embargo, por la emergencia sanitaria por COVID-19 hubo una alteración en las cifras y actualmente nos encontramos entre 20 y 22% del total de los nacimientos. Estamos todavía lejos de alcanzar 15%”, aseveró el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, de la UNAM, Juan Carlos Pérez López.

De 2016 a 2021 murieron en México 5 mil 99 mujeres por causas relacionadas con la atención obstétrica; es decir, cerca de 850 al año, aproximadamente dos por día.

“Cuando se pierde a una madre, las condiciones de desarrollo de los niños, de la pareja, se fracturan pues propicia circunstancias difíciles, de abandono escolar, disolución de la familia, de integración a la vida laboral a menor edad. Es un indicador de un mal progreso social, afirmó el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, de la UNAM, Juan Carlos Pérez López.

Junto a la muerte materna están otros retos igual de importantes: combatir la violencia obstétrica y fortalecer el desarrollo del parto humanizado.

¿Qué es la violencia obstétrica?

El académico de la UNAM, enfatizó en que la violencia obstétrica, es el trato deshumanizado que reciben durante la atención obstétrica; esto incluye el proceso de gestación, parto y puerperio.

Tiene que ver con una atención irrespetuosa, en la que se le fuerza a tomar determinadas decisiones y no se respetan sus derechos reproductivos.

“Por ejemplo, en el momento del nacimiento se usan medicamentos para acelerar el trabajo de parto y no se respeta su evolución propia y natural”, detalló.

En el posparto se relaciona con la colocación de dispositivos anticonceptivos, sin su consentimiento; o peor aún, con su esterilización.

Parto humanizado

En contraparte se encuentra el parto humanizado, que consiste en crear un entorno amigable a este proceso, en el que la madre y su bebé son atendidos en espacios dignos y limpios, con los recursos necesarios, y que no se les medique o realicen procedimientos invasivos innecesarios.

El académico de la UNAM refirió que la mayor práctica de cesáreas se presenta en instituciones privadas de salud, donde no hay mayor control sobre ellas.

“Estamos plenamente seguros que en el medio público no se practica, a menos que esté indicado”, dijo.

Y añadió: implica cirugía mayor, es un procedimiento invasivo que requiere vigilancia de varios especialistas, del proceso de anestesia y los riesgos inherentes a ello.

“También condiciona la recuperación del organismo materno, pues se expone a infecciones del sitio quirúrgico, asociadas con el procedimiento, y desde luego prolonga la hospitalización y los costos de atención. Además, el tiempo de recuperación se alarga, así como las condiciones en las que se puede llevar a cabo un nuevo embarazo. Tras una cesárea no puede haber un embarazo en un periodo menor a dos años, pues puede haber complicaciones de fijación de la placenta”, alertó.
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