Los ingenieros del siglo XXI son digitales
Carlos León es ingeniero en animación digital. Su curiosidad inició al ver las películas animadas y pensaba en cómo sería su elaboración. Desde los seis años tuvo acceso a las computadoras, esas a blanco y negro con las letras verdes, pero en esa pantalla jugaba videojuegos que le clavaron la espina en el mundo del 3D, animación y programaciones. Poco a poco fue entendiendo y empapándose del mundo de los algoritmos y colores.
A los 15 años entró en una ONG que ayudaba a comunidades rurales, comenzó a preparar videos y animaciones, después saltó a una revista llamada 3DTotal, y así fue como llegó el momento de decidir a qué se dedicaría.
Cuando tuve que elegir mi profesión tenía mucho en mente: hacer películas y videojuegos, pero en México no hay mucha oportunidad para esa carrera. Apenas estamos dando unos rasguños al aprovechamiento de la tecnología”, comentó Carlos.
Durante sus estudios universitarios, Carlos comenzó a trabajar con la directora de la carrera mediante participaciones en los proyectos que la docente le podía conseguir, y eso le fue dando experiencia para que pudiera entrar de lleno al campo profesional al conseguir su título.
Es un campo muy prometedor y creo que la pandemia ha marcado ese contraste. Pero también se ve una resistencia a la tecnología en México, entiendo que a muchos les gusta el trato de persona a persona, pero lo digital es algo a lo que nos vamos a adaptar”, mencionó el ingeniero.
Hay contraste muy marcado en costos y demanda, que choca con la calidad. Según explicó el ingeniero, hay miles de personas que están compitiendo con costos abaratados que merman la ganancia de todos los profesionales.
La otra cara de la moneda es el freelance, que acaparó el sistema laboral en el mundo de la animación en México. En este régimen laboral los trabajadores a veces pueden ganar bastante; sin embargo, se pierde toda la seguridad y derechos laborales como, el seguro médico, o jubilación, o vacaciones y ni se diga horarios o aguinaldos.
En México hay sueldos muy contratantes, algunas empresas saben la importancia de nuestro trabajo y es bien remunerado, pero hay otros proyectos que dan sueldos muy atropellados”, criticó Carlos.
Los tiempos y detalles son importantes en todo trabajo del ingeniero, porque las prisas sólo arrojan errores y malos servidores que acarrean problemas y desprestigio al equipo de trabajo, pero el ritmo de la web obliga a que los programadores trabajen a marchas forzadas para complacer a los clientes.
La pandemia abrió muchos campos en México, con pequeñas y medianas empresas, para poner páginas web o profesionalizar sus redes sociales. Pero también, está el miedo de los que lo hacen a la antigua y tienen un trato persona a persona, y es entendible porque es el contraste de quienes ya tienen años con su negocio y estaban peleadas con la tecnología. Pero creo que en poco tiempo se llegaran a cosas nuevas”, dijo el profesional.