El ejército etíope lanzó este viernes nuevos ataques contra la capital de la región de Tigré, que dejaron once heridos y obligó a un vuelo de ayuda de la ONU a dar macha atrás, según fuentes médicas y humanitarias.
Este cuarto día de operaciones aéreas sobre la ciudad de Mekele coincide con una intensificación de los combates más al sur, en la región de Amhara.
La ofensiva tuvo como blanco un centro de entrenamiento utilizado por el grupo rebelde del Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (TPLF), señaló Billene Seyoum, y agregó que también estaba “sirviendo como un centro en los combates”, liderados por la insurgencia.
Hasta la tarde del viernes, se habían notificado once civiles heridos en el hospital de Ayder, el principal de la región, dos de ellos en estado grave, dijo el doctor Hayelom Kebede.
Los residentes contaron a la AFP que los ataques afectaron al campo, al quemar el forraje del ganado.
El Ejecutivo del primer ministro, Abiy Ahmed, se enfrenta desde hace once meses a un conflicto en la región septentrional de Tigré contra el TPLF.
El premio Nobel de la Paz de 2019, Abiy Ahmed Ali, envió al ejército en noviembre de 2020 para expulsar a las autoridades regionales disidentes del TPLF, al que acusa de orquestar ataques a bases militares.
Ahmed proclamó la victoria a finales de noviembre, pero a finales de junio el TPLF logró recuperar la mayor parte de la región, incluida Mekele. Las tropas etíopes se habían retirado en gran parte entonces.
La aviación etíope llevó a cabo el lunes dos ataques en Mekele que, según la ONU, mataron a tres niños e hirieron a varios más.
El miércoles, el ejército bombardeó los depósitos de armas del TPLF en Mekele y la ciudad de Agbe, a unos 80 kilómetros al oeste.
Un responsable del hospital de la ciudad indicó a la AFP que la acometida dejó al menos ocho personas heridas, incluida una mujer embarazada.
Una cuarta ofensiva golpeó el jueves la capital regional, sin causar víctimas, según médicos y el TPLF.
Fuentes humanitarias indicaron que un vuelo de la ONU de Addis Abeba a Mekele dio marcha atrás debido al ataque del viernes.
La comunidad internacional expresó su preocupación por los recientes ataques.
Un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó el miércoles que Washington “condena la continúa escalada de la violencia, que pone en peligro a la población civil”.
Los ataques aéreos se producen en un momento en el que también hay informes de intensos combates en la región de Amhara, al sur de Tigré, donde los rebeldes del TPLF lanzaron una ofensiva en julio.
El portavoz del TPLF, Getachew Reda, afirmó el miércoles que los combatientes rebeldes habían tomado el control de al menos dos pueblos de la región, colocando las localidades de Kombolcha y Dessie, donde decenas de miles de personas buscaron refugio frente al avance del TPLF, “al alcance de la artillería”.
Gran parte del norte de Etiopía está bloqueada por las comunicaciones y el acceso de los periodistas está restringido, lo que dificulta la verificación independiente de las posiciones sobre el terreno.