No mires para abajo, es la recomendación para cruzar el río donde antes había un puente que se vino abajo por la fuerza de “Otis”.
Es la colonia popular Unidos por Guerrero en la periferia de Acapulco, distante 7 kilómetros de la zona turística, pero donde la ayuda, dicen sus habitantes, ha pasado de largo.
“De plano estamos en el abandono, no ha llegado nadie. Tiene más de 36 horas, ya casi las 72 horas y no tenemos ningún apoyo de ninguna autoridad local, municipal, estatal, ninguno nos ha venido a apoyar’’, afirmó Cristina Zacapala, una habitante de Acapulco.
En la costera como son negocios, como son empresarios, como son ricos ahora sí que todo el apoyo. Las autoridades se están enfocando con los millonarios, con los ricos, con los negocios, aquí nosotros en las comunidades la verdad, nos tienen en abandono. No hay transporte, no hay comunicación, no hay servicios de ninguno.
El puente colapsó y también las viviendas a la orilla de la rivera.
El peligro acecha a los mil 580 hogares de la colonia Unidos por Guerrero, por la fuerza de la naturaleza y la rapiña que no cesa.
“No podemos salir porque gente entra a robar las poquitas cosas que nos quedan, ropa, cama, todo. Por favor que nos ayuden, estamos aquí olvidados ahorita. Miren cómo está ahorita, todo se lo llevó, mis sartenes. Un miedo de muerte me dice que sintió…? es un miedo que a nadie se lo deseo de verdad, se lo pedimos de corazón que alguien se apiade de nosotros y nos vengan a ayudar’’, consideró Lilia Díaz, habitante de Acapulco.
“¿Cómo está viendo? allá mi casa ya se inundó mucho de lodo, se puede decir que está a 1 metro inundado. Es la rosita que está allá y como puede ver está tapada de arena y ya le estamos haciendo con mi mamá y con mi papá, ayer sacando y sacando mucha tierra y no se puede, casi no le vemos avance’’, afirmó Alfredo Nava, otro habitante de Acapulco.
“Como pueden ver el agua se trajo todo lo que es el sofá, ya no tenemos nada, lo que son muebles, pantallas, nada. Solamente nos alcanzamos unas cuantas prendas de ropa’’.
El interior de las viviendas es un reflejo de la desolación en esta y en otras zonas marginadas de Acapulco azotadas por “Otis”, que castigó parejo.
Pero no todos tienen los mismos reflectores.
“Esa línea en la pared, es el nivel que alcanzó el agua tras el paso del huracán “Otis” en la colonia Unidos por Guerrero. Así viven lo que pueden vivir los vecinos en este lugar’’.
Y como si no fuera suficiente desdicha la escasez y el hambre acechan a sus habitantes.
Los caminos colapsaron, la mayoría de tiendas están cerradas o fueron saqueadas y a ellos, los habitantes de Unidos por Guerrero, les queda solo esperar.
“Hace ratito fuimos a buscar víveres y absolutamente todo está cateado, no hay ni un cachito de bolillo. ¿Qué podemos hacer?, los niños piden de comer, la gente pide de comer, en cambio pasa gente por allá con carritos y todo y la gente que no le pasa nada es la que más se aprovecha, por qué, porque no tienen qué hacer y uno que está haciendo sus quehaceres, limpiando sus casas no puede moverse y es allí donde no tenemos víveres absolutamente para nada. Ahorita fuimos a buscar qué comer no hay nada, tortillas no tenemos en ningún lado’’, aseguró Genaro Ozuna, habitante de Acapulco.
Y sin apoyo absoluto de las autoridades ni nadie, pues mejor que nos abandonen para siempre.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, anunció apoyo para el traslado de visitantes varados en Acapulco con destino a la Ciudad de México.
Este apoyo, aclaró, es sólo para turistas.
Y la pregunta obligada: ¿Cuándo será el turno del otro Acapulco?