California puso fin el lunes a un amplio confinamiento, dando lugar a actividades como cenas en restaurantes, a medida que cede la presión de la pandemia sobre sus hospitales.
El estado occidental de Estados Unidos sufrió uno de los peores índices de contagios del país en las últimas semanas, con las unidades de cuidados intensivos de sus hospitales desbordadas, ambulancias paradas durante horas y casos que se duplicaron desde diciembre a más de tres millones.
Las medidas de “quedarse en casa” se impusieron para unos 20 millones de personas en el sur y centro de California desde el 3 de diciembre, pero el director de Salud Pública, Tomas Aragon, dijo que el estado ahora “está dando un giro crítico”.
California está comenzando a emerger lentamente de la oleada más peligrosa de esta pandemia hasta ahora, que es la luz al final del túnel que estábamos esperando”, escribió por su parte el secretario de Salud del estado, Mark Ghaly, en un comunicado.
Hace siete semanas, nuestros hospitales y trabajadores médicos de primera línea estuvieron al límite, pero los californianos escucharon el mensaje urgente de quedarse en casa cuando fuera posible y nuestro aumento después de las vacaciones de diciembre no desbordó el sistema de atención médica en la medida que temíamos”, enfatizó.
La decisión de poner fin a las amplias medidas regionales, que incluían prohibiciones generales de reuniones y actividades “no esenciales”, se basa en pronósticos de que la capacidad de las unidades de cuidados intensivos mejorará en todas las zonas de California.
La capacidad de las unidades de cuidados intensivos en el sur de California es actualmente cero, pero con la caída de casos diarios se puede proyectar que más del 15% estará disponible dentro de cuatro semanas.
De todas formas, regresarán las medidas que había impuesto cada condado antes de la cuarentena general, por lo que la asistencia a bares, cenas bajo techo y espectáculos deportivos con público seguirán prohibidos.
California registra más de 3,06 millones de casos de covid-19, incluidas casi 36.000 muertes.
El estado entregó hasta ahora poco menos de 1.8 millones de dosis de vacunas, y convirtió sitios como Disneyland y el estadio de béisbol de los Dodgers en Los Ángeles en centros de inoculación masiva.