Desde el mes de agosto, cuando tomó posesión el director general, Óscar Gerardo Arrieta Rodríguez, el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) de la Secretaría de Salud vive una nueva etapa para continuar la consolidación como el principal centro especializado en Latinoamérica en la lucha contra el cáncer, tanto en atención directa a pacientes, como en investigación y formación de profesionales de la salud.
El titular del INCan señaló que los cambios vertiginosos en el diagnóstico y tratamiento del cáncer obligan a las instituciones a evolucionar.
Por ello, los esfuerzos en materia de atención están enfocados en el desarrollo equilibrado de los tres pilares que la constituyen, es decir, la oncología quirúrgica o cirugía; la oncología médica, que implica el tratamiento sistémico, y la radioterapia u oncología radioterápica, sostuvo.
Arrieta Rodríguez, quien antes de asumir la dirección del INCan fungió como jefe del Departamento de Oncología Torácica del instituto, enfatizó la importancia de avanzar en el diagnóstico de cáncer en etapas tempranas, por lo que en su administración se impulsa el Programa de Referencia Oportuna.
Este programa está encaminado a que, a partir de la sospecha de cáncer, los pacientes reciben tratamiento adecuado en un máximo de cuatro semanas. El objetivo en esta primera fase es aumentar la cantidad de diagnósticos en etapa temprana.
Con la meta de mejorar la atención médica oncológica, no sólo al interior del Instituto, sino en el resto del país, el INCan refuerza su condición de instancia formadora de personal médico de especialidad y generadora de criterios, protocolos y esquemas de diagnóstico y tratamiento que ayuden a construir políticas públicas que se materialicen en mejor atención para la totalidad de la población, dijo.
Detalló que el INCan avanza en la puesta en marcha de los departamentos de Psiquiatría, Terapia Nutricional y Rehabilitación Oncológica, además de la creación de la Subdirección de Enfermería que coordine a las más de 600 personas profesionales adscritas a esta área.
Mencionó el proyecto de creación de un programa de licenciatura en Enfermería, que eventualmente dé paso a un posgrado en Enfermería Oncológica, que permitiría al INCan cumplir a plenitud su vocación como formador de recursos humanos de alta especialidad.
Propone departamento de Medicina Interna
En otros temas, el también ganador del “Premio Dr. Miguel Otero de Investigación Clínica”, otorgado por el Consejo de Salubridad General, habló de la importancia de crear un departamento de Medicina Interna, debido a que 55% de pacientes oncológicos presenta otros padecimientos como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) asociada a cáncer de pulmón, hipertensión, diabetes o enfermedades autoinmunes.
Hay que tener presente, subrayó, que el tratamiento del paciente oncológico debe ser integral, porque “muchas veces tratamos el cáncer, pero se nos descompensan otras enfermedades y estar mandando al paciente a otros hospitales no es práctico”. Por lo anterior, la consolidación de los departamentos es fundamental y robustece la calidad de la atención.
Cabe mencionar que Arrieta Rodríguez también es egresado de la especialidad de Medicina Interna y Oncología Médica del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Dr. Salvador Zubirán” (INCMNSZ), que le valió obtener la Medalla “Alfonso Caso”. El especialista explicó que, por su complejidad, el cáncer no es una enfermedad, son 150 neoplasias conocidas y cada una de ellas tiene sus particularidades.
Como ejemplo mencionó el caso de cáncer de pulmón, del cual se conocen más de 12 mutaciones o alteraciones genéticas que predicen el tratamiento. Esto permite identificar los pacientes que requieren sólo quimioterapia o solo medicamentos específicos, o ambos.
Señaló que la oncología evoluciona de manera muy rápida, y en neoplasias como el cáncer de pulmón en un año se necesitan hasta 20 actualizaciones de las guías de práctica clínica para incorporar nuevos conocimientos, criterios, parámetros y protocolos.
También un laboratorio de medicina genómica
Ante esa situación, anunció el proyecto de creación de un laboratorio de medicina genómica, que contribuirá a optimizar recursos y reducir tiempos de tratamiento oncológico en nuestro país.
Un laboratorio de esta naturaleza será una herramienta muy útil para generar protocolos homogéneos en diagnóstico y tratamiento, para que todos los cánceres sean atendidos de forma similar con los mejores medicamentos basados en farmacoeconomía.
Arrieta Rodríguez, miembro de Academia Nacional de Medicina de México y de la Academia Mexicana de Ciencias, compartió el interés como director general del INCan de mejorar áreas sustantivas del instituto, como la investigación, la enseñanza y el funcionamiento interno para aumentar la productividad científica y la utilidad de la investigación.
Lo anterior podrá lograrse con la creación de un programa de apoyo a jóvenes y de una unidad de propiedad intelectual; el fortalecimiento de los criterios de ética en publicaciones científicas y mecanismos de medicina traslacional; es decir, trasladar los hallazgos científicos y teóricos del laboratorio a la atención directa al paciente en lapsos de tiempo razonables.
Añadió que el componente de enseñanza debe reforzarse con la experiencia de los residentes, mejorar su calidad de vida, disminuir la proporción de sus responsabilidades en tareas asistenciales y aumentar las actividades académicas y formativas.
También es importante dijo, reforzar el papel del INCan como principal centro de referencia en oncología en diagnóstico y tratamiento a nivel nacional, a través de programas de formación continua, presencial o a distancia; y personal médico de primero y segundo nivel, con el propósito de incrementar de manera sostenida y constante la calidad de la atención oncológica en México.
Además de estos esfuerzos, sostuvo el también autor de más de 330 artículos a nivel internacional citados más de 20 mil veces en publicaciones médicas, es importante promover las políticas encaminadas a impulsar la igualdad de género, la inclusión sustantiva, el reconocimiento al mérito y la sustentabilidad y optimización de recursos, para construir un país más justo, equitativo e incluyente.