En una muestra contundente de unidad y determinación, las mujeres de México se levantaron en todo el país para alzar la voz contra la violencia y el menoscabo de sus derechos.
Desde Tijuana, Baja California, hasta Cancún, Quintana Roo; desde Villahermosa hasta Mazatlán; desde Tamaulipas hasta Oaxaca o Coahuila, las calles y plazas principales se tiñeron de morado y verde en señal de protesta y resistencia.
Acompañadas por colectivos y grupos feministas, organizaciones civiles, en familia o por iniciativa propia, mujeres de todas las edades se unieron en distintas horas y lugares para denunciar la desigualdad de género, la falta de oportunidades, la opresión y exigir su libertad.
Desde adolescentes en Tijuana que se congregaron en la Plaza de las Tijeras hasta mujeres de mayor edad en cada rincón del país, todas compartieron un mensaje claro: ¡Ya basta!
“Yo por los derechos de las mujeres, a luchar por mis hermanas, mis abuelas y mis primas para que no les pase algo así”, expresó una joven en Tijuana, BC.
Sin embargo, no en todas las ciudades pudieron manifestarse libremente.
En Jalisco, en la Plaza de la Minerva, se levantaron vallas para impedir que las mujeres se acercaran a los edificios públicos. Pero ellas hicieron arte sobre el metal.
En estados como Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, Coahuila e Hidalgo, las mujeres pintaron con aerosoles los nombres de sus agresores o recordaron con fotografías a quienes hoy no marcharon, mujeres que acumulan la estadística de impunidad, como lo hicieron en Jalisco.
Mientras tanto, las plazas cívicas de Sonora, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Chiapas se colmaron de sororidad.
En Nuevo León, en la Macroplaza, se colocaron tendederos de la impunidad contra deudores alimentarios y agresores.
Las distintas movilizaciones se realizaron de manera pacífica, con solo algunos incidentes aislados que fueron controlados por la policía de cada estado.
Al caer la noche, las mujeres se concentraron para reflexionar, para recordar a sus hijas, a sus madres, a sus esposas, en espera otra vez, en espera de justicia.