La policía de Hong Kong realizó nuevos arrestos de activistas, entre ellos tres exdiputados, que participaron en una protesta contra el gobierno.
Se les acusó de haber incitado, organizado y participado en una reunión no autorizada el uno de julio, cuando hubo más de 300 arrestos, ya bajo la nueva ley impuesta para dar seguridad a la ciudad.
Al menos 6 de ellos habían salido libres bajo fianza.
La oposición y gobiernos occidentales temen que esta ley se esté utilizando para reprimir a la disidencia y erosionar las libertades en el exterritorio británico.