El reto de ser mamá olímpica
Mujeres mexicanas enfrentan la difícil tarea de colgarse y una medalla olímpica o una medalla a la maternidad.
En el mundo del deporte ser mamá sigue siendo una tarea difícil de compaginar, pues varias deben elegir entre sus sueños deportivos o su sueño de convertirse en mamá, ya que la lucha contra las ideologías, patrocinadores, entrenamientos, competencias, así como la lactancia y todo el proceso antes y después de un embarazo, son factores que viven día a día.
Como es el caso de la judoca Edna Carrillo quien después de conseguir su boleto a los Juegos Olímpicos de Tokio, se enteró que estaba embarazada y tuvo que elegir entre el sueño olímpico o el sueño de la maternidad.
“La verdad es que fue bastante difícil tomar la decisión. Creo que una decisión así de grande al fin de cuentas te cambia la vida de una u otra manera, creo que si hubiera no decidido continuar con el embarazo y seguir en mi camino a Tokio hubiera sido también bastante difícil, pero lo mejor fue tomar la decisión de tener a mi hija y renunciar a estos juegos de Tokio. Me cambió la vida bastante porque ahora voy a ser mamá de por vida”, expresó la judoca, Edna Carrillo.
Pero a pesar de todo el ser madre ha impulsado a varias atletas para seguir con más fuerza sus sueños y no caerse ante cualquier adversidad, como el caso de la medallista paralímpica Ángeles Ortiz, quien debido a un accidente automovilístico sufriera una discapacidad, y busco fuerza en su faceta de mamá con su hija en ese entonces de 11 años.
“Esa transformación de dejar de ser una mamá convencional que corre, que va que vuela, que todo es rápido porque tiene sus dos piernas, al adaptarte ahora a una silla de ruedas a unas muletas y empezar a hacer además una mamá psicológicamente y emocionalmente fuerte para tu hija, porque tú no puedes permitir que tu familia se ampute con ese suceso”, comentó Ángeles Ortiz.
Pero también hay atletas que luego de alcanzar la gloria en sus deportes, deciden dejar el alto rendimiento para seguir con otros sueños personales, como fue el caso de la exclavadista Tatiana Ortiz, quien luego de ganar la medalla de bronce junto a Paola Espinosa en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, dejó la fosa de clavados para lograr otros sueños personales, entre ellos el ser madre.
“Recordemos que las mujeres tenemos la parte del reloj biológico; si hay una edad para tener hijos, pero también hay una edad para seguir haciendo deporte; desafortunadamente queremos que todo sea importante, pero tenemos que enfocar muy bien nuestros esfuerzos, definir prioridades, ser muy organizada y hacer que las 24 horas del día rindan lo mayor posible”, consideró la exclavadista Tatiana Ortiz.
“Yo creo que ser mamá es la responsabilidad más bonita que he podido asumir en esta vida, es un camino de mucha satisfacciones, de muchos retos, de mucho autoconocimiento, pero sumándole la parte de atleta es todavía más responsabilidad y mayor el reto, porque está bien transmitirles esos valores y ese amor por el deporte, por la disciplina”, agregó Ortiz.
Al final, ser madre deportistas siempre será la mejor presea conseguida en esta vida.