Más de 17 millones de ghaneses comenzaron a votar este lunes para elegir presidente, en un duelo entre el actual jefe del Estado, Nana Akufo-Addo, y su permanente rival, el expresidente John Mahama.
Los electores eligen al nuevo mandatario entre una docena de candidatos, entre ellos tres mujeres, y renuevan además los 275 diputados del Parlamento.
Desde la apertura de las oficinas de votación, decenas de electores aguardaban en la fila en varios puntos de Accra para ejercer su derecho, la mayoría de ellos con mascarillas de protección debido a la pandemia.
Los dos principales adversarios se encuentran por tercera ocasión consecutiva y los resultados podrían ser muy ajustados a juzgar por lo que ha pasado en elecciones anteriores. En 2012, Mahama, del Congreso Nacional Democrático (NDC), ganó con el 50.7% de los votos, y en 2016 Akufo-Addo, líder del Nuevo Partido Patriótico (NPP), llegó a la presidencia con el 53.8%.
Estos enemigos políticos históricos se han comprometido a respetar los resultados y a garantizar “la paz y la seguridad” en el país, que es un ejemplo de democracia y estabilidad en África Occidental, región sacudida este año por controvertidas y violentas elecciones como en la vecina Costa de Marfil.
Desde hace 30 años “se han sucedido cinco presidentes en paz y han entregado el poder a la oposición en tres ocasiones”, recordó el jefe del Estado durante un tradicional mensaje a la nación en vísperas de la elección.
En relación a lo que ocurre en el continente, y en África Occidental, el mundo entero nos mira y le debemos mantener nuestro título de ejemplo de democracia, de paz y estabilidad”, agregó el presidente candidato a la reelección de 76 años.
Los dos candidatos prosiguieron su campaña hasta el sábado por la noche, y aunque el jefe del Estado podría beneficiarse de un balance en general positivo en lo económico, social y diplomático, los principales desafíos son el desempleo, las infraestructuras y el acceso a la salud.
– Hundimiento del crecimiento económico –
Desde la década del 2000, este país rico en oro, cacao y más recientemente en petróleo, ha registrado un fuerte crecimiento económico. En menos de 25 años, la tasa de pobreza extrema se ha reducido a la mitad.
Pero algunas regiones, sobre todo en el norte, siguen viviendo en la pobreza absoluta, sin agua potable ni electricidad.
La crisis provocada por el coronavirus ha golpeado duramente al país, cuyo crecimiento anual caerá al 0.9%, según el FMI, la tasa más baja en más de 30 años.
El presidente saliente ha sido elogiado por la gestión de esta crisis, y aunque ha mejorado la educación y el acceso a la electricidad, ha incumplido su principal promesa: la lucha activa contra la corrupción.
En noviembre, el fiscal especial anticorrupción dimitió y acusó a Akufo-Addo de obstrucción en su trabajo.
Por su parte, Mahama, considerado como un hombre negociador y cercano al pueblo, tendrá que hacer olvidar las acusaciones de mala gestión económica que impidió su reelección.
Este año, puede contar con su compañera de fórmula, Jane Naana Opoku-Agyemang, una exministra de Educación, con una reputación de persona íntegra y originaria del Centro, una región clave para ganar una elección.
El vencedor tendrá que conseguir más del 50% de los votos y los resultados se conocerán 24 horas después del final de la votación, aunque la Comisión Electoral dijo que este plazo no es inamovible.