La normalidad del tercio, llaman a la nueva etapa donde se han reanudado actividades en medio aún de la pandemia por coronavirus. 30% de ocupación es el límite en restaurantes, museos, gimnasios y una amplia diversidad de negocios en el mundo. O menos.
Una sala de conciertos en Montevideo, Uruguay, volvió a levantar el telón con sólo 411 espectadores, separados por dos butacas vacías entre sí, en un lugar al que acudían habitualmente mil 800 personas.
Se extrañaba muchísimo, todo lo que es cultura se extraña: el cine, el teatro, la música, todo se extraña”, Helena Winterh Alter, aficionada a conciertos.
Guatemala recibió en 2019 a 2.5 millones de visitantes extranjeros, casi un tercio de ellos en antigua, su ciudad turística por excelencia que recién reabrió servicios con una demanda disminuida.
Si ustedes caminan por la ciudad van a notar que hoteles, restaurantes, y empresas que cerraron durante tanto tiempo no soportaron el paso y desaparecieron”, Sergio Quintanilla, contador de leyendas en Guatemala.
Antes de iniciar su temporada, el equipo de futbol francés Paris Saint Germain PSG tuvo un juego de exhibición con público. Asistieron menos de cinco mil personas al estadio le Havre que tiene capacidad para 25 mil aficionados.
La industria de los cruceros, satanizada al inicio de la pandemia como centro de contagios masivos diseminados al mundo, reanuda travesías de manera titubeante.
En Génova zarpó el “Msc grandiosa” con medidas sanitarias y menos de la mitad del cupo, pese a que tenía autorizado recibir al 70% de su capacidad. Antes, la firma noruega Hurtigruten fue forzada a suspender de nuevo sus viajes por el contagio de decenas de pasajeros y tripulantes.
En Colombia, donde casi la mitad de la economía se mueve en la informalidad, la crisis por la pandemia acabó con cinco millones de empleos. Los ambulantes han vuelto sin grandes expectativas, porque no hay compradores como antes.
Esta apertura a medias no nos sirve a nosotros los vendedores informales. De pronto le sirve al comercio formal, pero a los vendedores informales no nos sirve porque nosotros vivimos del día a día. Día que no trabajamos, día que no comemos, no tenemos para pagar servicios, no tenemos para nada”, Hugo Sánchez, comerciante informal en Bogotá, Colombia.
¿Hay antídotos contra el encierro?, no propiamente.
Pero la situación contrastante entre países muestra la responsabilidad de las sociedades o sus líderes en la prolongación del confinamiento, afirma la doctora Cristina Rosas.
Esta pandemia está mostrando el carácter nacional de los pueblos. Hay pueblos más disciplinados, hay pueblos con mayores conocimientos sobre la salud, con un mayor nivel educativo, y otros que no tienen esas condiciones”, Cristina Rosas, investigadora de la UNAM.
Cita el caso de Alemania, donde la canciller Angela Merkel dimensionó la pandemia como el mayor reto desde la segunda guerra mundial y llamó a la población a confinarse. La mayoría le hizo caso y el daño en muertes es menor a diez mil personas.
Del lado opuesto.
Hemos visto liderazgos que minimizan la importancia de la pandemia. Es el caso de Bolsonaro, por ejemplo. El caso de Donald Trump. El caso de Magufuli en Tanzania”, agregó Rosas.
Más allá, la recomendación de la autoridad sanitaria global, la Organización Mundial de la Salud, es continuar el confinamiento en la medida de lo posible, mientras se concreta la posibilidad de alguna vacuna que inmunice a la población frente al virus.