Caen justo a documentar los fastos, las preparaciones de los fastos que hacía el Gobierno de Porfirio Díaz para la conmemoración del Centenario de la Independencia de 1910 y por supuesto, ya estando aquí, habiendo los primeros locales para que se vieran lo que en ese momento le decían vistas de cinematógrafo fue una parte militante de la Revolución”, Hugo Villa Smythe, director de la Filmoteca de la UNAM.
En el México de principios de Siglo XX, el cine se volvió el ojo de la Revolución Mexicana, que en 1911 dio origen a la cinta “Los Tratados de Ciudad Juárez”, con Madero, Orozco y Villa.
Entre los cinefotógrafos de la época, Indalecio Noriega, usó el cinematógrafo y el fonógrafo para producir materiales que ahora son tesoros de la humanidad.
Esas imágenes de los acervos Toscano, Casasola, de hermanos Alva, Avitia y por supuesto, un montón de camarógrafos que no están bautizados, que no tiene autores ciertos, pero son de esa época; son ya patrimonio de la humanidad, la Unesco hizo esa declaración, específicamente para la región de América Latina, estamos en el trámite de hacerlo patrimonio del mundo”, Hugo Villa Smythe, director de la Filmoteca de la UNAM.
En 1913 se realizó el primer ensayo documental de la Decena Trágica; mientras empresas como la Mutual Film, siguieron las andanzas de Pancho Villa; y entre 1916 y 1930 sumaron 130 cintas.
Uno puede reconocer en casi todo el mundo, uno puede reconocer a México y a la Revolución Mexicana, a partir de esas imágenes”, Hugo Villa Smythe, director de la Filmoteca de la UNAM.