Este miércoles, Irán ejecutó a 29 personas que habían sido condenadas por crímenes como asesinato, narcotráfico o violación, así lo dio a conocer la organización Iran Human Rights (IHR).
De acuerdo con la organización con sede en Noruega, 26 personas fueron ahorcadas en la prisión de Ghezel Hesar, en Karaj, cerca de Teherán. Los otros tres hombres fueron ejecutados, también por ahorcamiento, en otra cárcel de la misma ciudad.
Por su parte, otros grupos como Human Rights Activists News Agency (HRANA) y el Centro por los Derechos Humanos en Irán (CHRI), ambos en Estados Unidos, confirmaron la ejecución de, al menos, 20 personas en Karaj.
Irán es el segundo país del mundo que ejecuta más personas cada año, sólo por detrás de China, según cifras de Amnistía Internacional.
El IHR informó que dicho país ha ejecutado a 313 personas en este año, sin embargo, un ahorcamiento colectivo de esta magnitud no se registraba desde 2009.
“Sin una respuesta inmediata de la comunidad internacional, cientos de personas pueden ser víctimas de la máquina de matar de la República Islámica en los próximos meses”, advirtió Mahmood Amiry-Moghaddam, director de IHR.
Activistas por los derechos humanos acusan a Irán de usar la pena de muerte como un método de intimidación tras las protestas que desencadenó en 2022 la muerte ocurrida, bajo custodia, de Mahsa Amini, una joven kurda de 22 años arrestada por vulnerar el código de vestimenta femenino.