Sus convicciones la llevaron a participar en la lucha estudiantil del 77 y del 86, a luchar contra los fraudes electorales del 2000 y 2006; y hoy esas mismas convicciones la llevan a la Presidencia de la República. Ella es Claudia Sheinbaum, la política mexicana de izquierda que está haciendo historia.
Claudia Sheinbaum Pardo es una mujer de 62 años, y en sus venas corre sangre revolucionaria. Sus padres participaron en el movimiento del 68 y Claudia, influenciada por ellos, desde su juventud participó también en movimientos estudiantiles.
Su lucha comenzó hace más de 40 años, cuando participó en la intervención del edificio de la Rectoría de la UNAM, en Ciudad Universitaria, como protesta a las reformas del entonces rector Jorge Carpizo, que pedían cuotas a los estudiantes. Con la formación del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) ella y 35 mil estudiantes más, defendieron la educación pública.
“Con el paro pretendemos derogar las medidas que el rector ha impuesto a la comunidad universitaria”, dijo Sheinbaum en aquél entonces.
Se convirtió en una líder estudiantil reconocida por su lucha contra los pensamientos neoliberales.
Claudia Sheinbaum vivió por más de 30 años en San Andrés Totoltepec, pueblo ubicado en Tlalpan, al sur de la capital del país. Como hija del 68, creció entre lemas, consignas y canciones de protesta, asistiendo a reuniones de intelectuales y políticos de izquierda.
Sus padres fueron fervientes participantes del movimiento del 68, que se rebeló contra el autoritarismo y la represión de los gobiernos priístas. Sheinbaum Pardo creció rompiendo esquemas.
“Yo tenía seis años cuando fue la masacre de Tlatelolco, el 2 de octubre, y en ese movimiento mi madre era maestra del Politécnico y esa dualidad entre la política para transformar al mundo, particularmente nuestra realidad nuestro país, y al mismo tiempo, el sentido académico científico fue donde yo crecí”, comentó.
Sheinbaum, militante y académica
Desde su juventud, siempre mantuvo un pie en la militancia y otro en la academia. Estudió la licenciatura en Física, maestría en Ingeniería Energética y fue la primera mujer en obtener un doctorado en Ingeniería Energética en la UNAM.
En 1987 se casó con Carlos Imaz, político de izquierda, pero se separaron casi treinta años después. Es madre de Mariana, de 36 años, y de Rodrigo, de 41 años. Y hoy abuela de Pablito, de tan sólo un año de edad.
Como madre es amorosa, preocupada y atenta, así la describen sus hijos.
“Las mañanas eran como: el desayuno, los tenis, la mochila, y me agarraba dormida, envuelta en las cobijas íbamos a dejar a mi hermano y nos íbamos a desayunar, eran divertidas esas mañanas”, cuenta Claudia Sheinbaum.
En el amor, apenas en 2023 se casó con Jesús María Tarriba, quien fue su novio en la facultad y con quien se reencontró hace 18 años. Él también es físico, vinculado al Banco de México.
Sheinbaum Pardo además es una mujer atraída por la cultura, la música, la danza.
“A lo largo de mi vida he encontrado en el arte una fuente de inspiración y libertad, cada movimiento, cada acorde es un viaje compartido hacia la belleza”, asegura.
Y hasta los deportes…. Pero también, como mujer, vivió en carne propia lo que atraviesan la mayoría de las mexicanas:
“Trabajaba en el Instituto de Ingeniería, pero no nos alcanzaba el dinero, y yo conseguí asesoría en la Comisión de Energía. Entonces en las mañanas iba a trabajar, recogía a Mariana, y los dejaba en casa de mi mamá, me iba la tarde a trabajar, regresaba y los recogía, y luego había que ir a la casa que quedaba en San Andrés Totoltepec, casi en el Ajusco”, recuerda.
Claudia Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador
En la política, sus convicciones empataron con las de un hombre que ya llevaba tiempo en la lucha por los que menos tienen: Andrés Manuel López Obrador.
Ambos caminaron juntos por años. Desde su incorporación al gobierno como Secretaria del Medio Ambiente en el entonces Distrito Federal.
“Cuando ya gana la Jefatura de Gobierno me habla López Obrador y me pide ser Secretaria de Medio ambiente. Me dijo, yo lo que quiero es que disminuya la contaminación en la ciudad, a partir de ahí me incorporé al gobierno y establecimos una relación de mucha confianza y trabajo”, recuerda la próxima Presidenta de México.
Más adelante, se convirtió en Jefa Delegacional de Tlalpan. Le tocó Luchar codo a codo contra los fraudes electorales, fundar juntos el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
“Empezaba el voto por voto y casilla por casilla para la gente y entonces me dice él, ‘¿me puedes ayudar a trabajar con un equipo para entender cómo fue el fraude?’ Fueron muchos días de verificar actas, como eran contar los números hacer matemáticas con el famoso Prep”, recuerda Sheinbaum.
Sheinbaum, la jefa de Gobierno de Ciudad de México
Avanzó hasta ser la primera mujer en ser electa para gobernar la Ciudad de México.
Su gestión por más de cuatro años y medio, antes de buscar la presidencia, estuvo marcada por reducción de inseguridad, mayor movilidad, becas para estudiantes de nivel básico y su manejo ante la pandemia de COVID-19.
“Hoy es un día histórico en muchos sentidos, porque ha sido el desarrollo de la vacuna en poco tiempo y con mayor desarrollo de ciencia e innovación y hoy es posible hacerlo en el país”, cuenta.
Perseverancia y compromiso la caracterizan, también la llevó a ser el estandarte de la continuidad para la Cuarta Transformación.
Claudia Sheinbaum es una mujer consciente de una lucha de cientos de años, y reconoce que no llega sola.
“No llego sola, llegamos todas; con nuestras heroínas que nos dieron patria, con nuestras ancestras, nuestras madres, nuestras hijas y nuestras nietas”, contó.
Es una mujer que nunca buscó el poder, sino que en sus luchas encontró su misión: coadyuvar a la prosperidad compartida de México, hoy su proyecto de nación.
“Nuestro gobierno será honesto, sin influyentismo, sin corrupción, ni impunidad. Será un gobierno con austeridad republicana, disciplina financiera y fiscal y de autonomía del Banco de México. No habrá aumentos reales a los combustibles y a la electricidad”, apuntó la Presidenta electa.
Hoy, esa mujer, tal como lo indica el nombre de su coalición, hace historia.