El proceso en Francia contra el fundador de Telegram, Pavel Durov, genera temor en Rusia, donde la popular aplicación de mensajería es utilizada tanto por el Kremlin como por sus opositores, que temen perder su última fuente de información independiente.
Tras el inicio de la ofensiva en Ucrania en febrero de 2022, Rusia intensificó la represión de opositores al gobierno y dejó a muchos ciudadanos sin acceso a medios independientes o redes sociales occidentales como Facebook, X, e Instagram.
La aplicación de mensajería Telegram se convirtió en uno de los últimos apoyos de la libertad de expresión, a pesar de que fue bloqueada durante un tiempo por el Kremlin, esto por negarse a cooperar con las agencias rusas.
Durov, un franco-ruso de 39 años afincado en Dubái, está en libertad bajo fianza, pero tiene prohibido salir del país.
En Rusia, los canales de Telegram cubren muchos temas que son objeto de censura en los medios estatales, esto incluye desde reportes de la situación en la línea del frente en Ucrania y juicios contra los críticos del Kremlin o manifiestos de opositores presos.
“Telegram es un servicio de mensajería muy práctico y fiable para todos los rusos, independientemente de sus opiniones políticas”, explicó Alexéi Venediktov, director de la emisora de radio Eco de Moscú
La popularidad de Telegram creció con el conflicto en Ucrania, después de que Rusia bloqueara el acceso a redes sociales occidentales y a portales de medios de oposición.
Ahora, Telegram es el cuarto servicio en línea más popular, por delante de YouTube y de la red social rusa VKontakte, según un estudio de la consultora rusa Mediascope. Sus contenidos, además, están muy centrados en la actualidad.