El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, pidió disculpas por la efímera declaración de una ley marcial el pasado 3 de diciembre, y dejó en manos de su partido su mandato, amenazado por una moción de destitución que votará el Parlamento por la tarde.
Yoon conmocionó al país y a la comunidad internacional el martes por la noche al decretar por primera vez desde la instauración democrática en 1987, una ley marcial, y enviar soldados y tropas al Parlamento.
Los diputados opositores, mayoritarios en la cámara, consiguieron votar en contra del decreto y forzaron a Yoon a derogar la orden en la madrugada del miércoles en una noche de drama y manifestaciones callejeras en esta nación clave en el tablero geopolítico de Estados Unidos en Asia.
Desde entonces, Yoon no había comparecido en público a pesar de la multiplicación de los pedidos de dimisión de manifestantes y oposición, que lo acusan de “insurrección”, pero también del líder de su partido, quien considera que su salida es inevitable.
“La declaración de la ley marcial surgió de mi urgencia como presidente. Sin embargo, en el proceso, provoqué ansiedad e inconveniencia a la ciudadanía. Me disculpo sinceramente ante los ciudadanos que se sintieron muy angustiados”, explicó Yoon en un discurso televisado en la mañana del sábado.
Sin embargo, el presidente no ofreció su renuncia, y señaló que dejará en manos de su partido estabilizar la situación, incluido su mandato.
División en el partido gobernante
El futuro del exfiscal estrella de Corea del Sur, convertido en presidente en 2022, se dirimirá en el Parlamento por la tarde durante la votación de la moción de destitución presentada por la oposición.
La oposición cuenta con 192 de los 300 escaños de la cámara y solo necesita algunos apoyos del Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon, que tiene 108, para alcanzar el mínimo de dos tercios que requiere su aprobación.
Sin embargo, el líder de la oposición del Partido Demócrata, Lee Jae-myung, dijo que el éxito de la votación no está claro ante las divisiones de la formación de Yoon.
Los diputados del PPP se aferraban el viernes por la noche a la postura inicial de oponerse a la moción, pero su líder Han Dong-hoon aseguró este sábado tras el discurso de Yoon que “una pronta renuncia del presidente es inevitable”.
En la víspera, Han aseguró que su mantenimiento en el cargo “pondría a la República de Corea y a sus ciudadanos en gran peligro” y evocó “indicios creíbles” de que el presidente ordenó el arresto de políticos durante esa noche de drama.
La policía prevé alrededor de la Asamblea Nacional decenas de miles de manifestantes contrarios a Yoon, cuya popularidad ha caído a un mínimo del 13% según un sondeo publicado el viernes.
Si la moción prospera, Yoon quedaría suspendido de sus funciones a la espera de un fallo de la Corte Constitucional.
“Elementos antiestatales”
En su discurso a la nación el martes por la noche, Yoon aseguró que la ley marcial servía para “salvaguardar una Corea del Sur liberal de las amenazas que plantean las fuerzas comunistas de Corea del Norte y los elementos antiestatales que roban la libertad y la felicidad del pueblo”.
En minoría en el Parlamento desde las elecciones de abril de este año, Yoon mantenía un duro pulso con los diputados opositores, que recientemente le recortaron el presupuesto gubernamental para el próximo año.
Aunque la ley marcial prohibió la actividad política y las manifestaciones, diputados y miles de manifestantes acudieron al Parlamento, donde casi 300 soldados intentaban blindar el recinto.
Sin embargo, personal parlamentario bloqueó a los soldados la entrada a la cámara con sofás y extintotres mientras los diputados, algunos de los cuales tuvieron que escalar rejas para entrar, votaban en contra del decreto de Yoon.
El episodio hizo resurgir el doloroso recuerdo del pasado autocrático de Corea del Sur y sorprendió a sus aliados occidentales, especialmente a Estados Unidos, que dispone de casi 30 mil soldados en el país ante la amenaza de Corea del Norte.
En una llamada el viernes, el secretario de Estado de la Casa Blanca, Antony Blinken, dijo a su homólogo surcoreano Choe Tae-yul que espera que “el proceso democrático prevalezca”.