La ciudad de Belén, cuna del cristianismo, vivió una Navidad marcada por la reflexión y la austeridad. Aunque cientos de fieles se reunieron en la Iglesia de la Natividad, el ambiente estuvo lejos de la alegría que suele caracterizar estas fechas debido a los ecos de la guerra en Gaza y el sufrimiento que atraviesa la región.
Una celebración bajo protesta
El alcalde de Belén, Antón Salman, confirmó que este año se optó por limitar las expresiones festivas para enviar un mensaje al mundo. No se decoraron las calles ni se colocó el tradicional árbol de Navidad.
En su lugar, un desfile de scouts recorrió la ciudad con pancartas en las que pedían el fin del conflicto: “Detengan el genocidio en Gaza” y “Nuestros niños quieren jugar y reír”.
El patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, estuvo presente en las festividades y ofreció palabras de aliento.
“Llegué ayer de Gaza. Vi destrucción y pobreza, pero también vi vida. No se rinden, y ustedes tampoco deben hacerlo”, mencionó Pizzaballa.
Gaza: Navidad entre ruinas
En la ciudad de Gaza, la misa de Nochebuena en la iglesia de la Santa Familia reunió a cientos de cristianos que enfrentan las difíciles condiciones del conflicto. George Al Sayegh, un desplazado palestino, describió el ambiente como sombrío. “Esta Navidad huele a muerte y destrucción. Ni siquiera sabemos si llegaremos a la próxima”, apuntó.
Voces internacionales
Mientras tanto, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que su Gobierno seguirá combatiendo las “fuerzas del mal” y agradeció a los cristianos que, según él, apoyan la defensa en Israel.
En Alemania, las festividades también estuvieron teñidas de dolor tras el atropello múltiple en el mercado navideño de Magdeburgo, donde cinco personas perdieron la vida. El presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, llamó a la unidad y la cohesión en medio de las tragedias.
Momentos de esperanza
Aunque el contexto político y social dominó la narrativa de esta Navidad, también hubo espacio para la esperanza y la tradición. En Francia, la misa navideña regresó a la catedral de Notre Dame por primera vez desde el incendio de 2019, un evento que conmovió a miles de fieles. “Estoy feliz de regresar, es mágico”, comentó Daniel James, un estadounidense que viajó desde Seattle para ser parte de esta celebración.
En Estados Unidos, la tradición de rastrear a Papá Noel volvió a generar sonrisas, con niños y adultos siguiendo su recorrido en tiempo real. Incluso el general Gregory Guillot, de la Fuerza Aérea, aseguró en tono jovial que este personaje no enfrentaría dificultades en su travesía, tranquilizando a una población impactada por recientes sobrevuelos de drones en la costa este.