Especialistas del IPN desarrollan mecanismo para tratamiento del Parkinson
Investigadores de la ESIME Zacatenco trabajan en el desarrollo de electrodos de estimulación profunda cerebral, para disminuir los temblores de los pacientes con Parkinson.

En la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), de Zacatenco, se desarrolla un electrodo de estimulación profunda cerebral, para hacer más accesible el tratamiento quirúrgico de pacientes con Parkinson.
La enfermedad de Parkinson es un trastorno que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios, que se caracteriza, básicamente, por temblores en las manos, y aunque no tiene cura existen tratamientos que pueden reducir notablemente los síntomas, como los electrodos de estimulación profunda cerebral.
El investigador de la ESIME del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Christopher René Torres San Miguel, explica que “estos electrodos se introducen en la parte del subtálamo o los ganglios basales, de la parte cerebral con la finalidad de meter pulsos y que estos permitan equilibrar la parte del sistema nervioso y se decremente ese temblor”.
En México, este tratamiento se realiza en instituciones como el Hospital General, pero, sobre todo, en hospitales privados, ya que el costo aún es elevado, así lo indica el especialista, “actualmente los electrodos cuestan alrededor de los 500 o 600 mil pesos, más todo el procedimiento quirúrgico”.
Con el objetivo de hacer más accesible este tratamiento, investigadores de la ESIME Zacatenco trabajan en el desarrollo de electrodos de estimulación profunda cerebral, que se elaboran en un equipo comercial de inyección, y se calcula que podrían costar sólo un 10% del precio comercial actual.
“El material es poliamida, que es el recubrimiento de digamos del exterior del material, internamente tienen hilos de plata y material de zafiro para que la conectividad de los pulsos eléctricos que se ponen en el cerebro sea la más apropiada”, señala Christopher René Torres San Miguel.
El electrodo se implanta detrás de la oreja, donde puede permanecer entre 5 y 8 años, y se conecta a una especie de marcapasos, que también se implanta en el paciente, pero éste se coloca en el pecho.
“El Peacemaker, o lo que viene siendo una especie de marcapasos, el cual lo que hace es meter frecuencias a este electrodo, de acuerdo a lo que el paciente requiere, se van suministrando para disminuir ese temblor que tienen los pacientes o afectados que tienen Parkinson”, indica el investigador del IPN.
Con este mecanismo, el especialista señala que los temblores de un paciente con Parkinson disminuyen hasta en un 90%, “es como un prender y apagar un interruptor, entonces, uno prende el interruptor, está programado el circuito a ciertas frecuencias y se disminuye el temblor mientras esté el dispositivo colocado”.
El electrodo ya está patentado, pero para que pueda utilizarse en humanos aún faltan al menos cinco años, tres de ellos de pruebas experimentales y dos más para certificaciones.