El Papa Francisco inicia el jueves un viaje de cinco días a Chipre y Grecia para promover una vez más la causa de los migrantes, que tendrá su punto culminante en la segunda visita del pontífice a la isla de Lesbos, ejemplo flagrante del drama de la migración.
El pontífice permanecerá en Chipre del 2 al 4 de diciembre, para visitar la ciudad de Nicosia, y a Grecia, del 4 al 6 de diciembre, para visitar Atenas y Lesbos, según el programa divulgado por el Vaticano.
Visita
Se trata también de una visita a dos países de religión ortodoxa, donde residen también decenas de miles de católicos, por lo se abordará el complejo tema de la relación entre las religiones.
El pontífice pronunciará 12 discursos y mantendrá varias reuniones con líderes políticos y religiosos.
Francisco, que está por cumplir 85 años y desde su operación de colon en julio a veces se lo ve cansado, no quiere reducir el ritmo de sus desplazamientos.
El 35 viaje al exterior del Papa estará marcado por su regreso a Lesbos, la isla que visitó en 2016 para llevar esperanza a los refugiados en el Campo de Moria.
Migrantes
El tema es de particular actualidad, debido a las recientes tensiones entre la Unión Europea (UE) y Bielorrusia por el uso de los migrantes como rehenes y por la grave tragedia ocurrida en el Canal de la Mancha, que costó la vida a 27 personas al intentar llegar desde Francia al Reino Unido en una patera.
Se trataba de la mayor tragedia registrada en esa zona desde 2014.
Antes de celebrar en Atenas una misa que se será probablemente multitudinaria, el Papa Francisco realizará un viaje relámpago de ida y vuelta el 5 de diciembre a Lesbos, unas de las puertas de entrada de migrantes ilegales a Europa.
En esa isla del Egeo, ubicada a menos de 15 kilómetros de la costa turca, el pontífice lanzó hace cinco años un firme pedido de solidaridad al clamar que “¡Todos somos migrantes!”.