Los gobiernos deben seguir ayudando a los más vulnerables durante esta crisis provocada por el Covid-19, pero ante una mayor presión sobre sus recursos limitados deben evaluar aumentar los impuestos a las familias y empresas más adineradas, recomendó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El FMI llamó además a dejar de proteger los empleos antiguos e impulsar la inversión pública en infraestructura y energía verde, aprovechando este momento para tomar distancia del modelo de crecimiento anterior a la crisis y acelerar la transición hacia una economía digital y con bajas emisiones de carbono.
El gasto debe estar más focalizado en favor de los empleos del futuro, señaló el prestamista mundial en su último informe “Monitor Fiscal”, publicado en el marco de sus reuniones anuales que se realizan esta semana en forma virtual.
Los gobiernos han inyectado 12 billones de dólares en la economía mundial desde el inicio de la pandemia, pero ahora muchos países tendrán que hacer más con menos, debido a las limitaciones cada vez mayores de sus presupuestos”, dijo Vitor Gaspar, jefe del Departamento de Finanzas Públicas del FMI.
Las economías de mercados emergentes, con mayores limitaciones de financiamiento, deberán reordenar las prioridades del gasto y mejorar su eficiencia.
Los responsables políticos deben ser más selectivos abandonando gradualmente el apoyo a los puestos de trabajo en los sectores antiguos para destinar fondos a la formación que permitan a los desempleados acceder a los trabajos del mañana”, señaló Vitor Gaspar.
Este ingreso adicional ayudaría a pagar servicios esenciales, dijeron, entre ellos las redes de salud y de protección social durante una crisis que ha afectado de manera desproporcionada a los segmentos más pobres de la sociedad.