
Las personas adultas mayores son uno de los principales objetivos de los delincuentes cibernéticos, por ello para salvaguardar su integridad e información personal, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Ciudad de México compartió algunas recomendaciones a fin de salvaguardar a esta población.
¡Importante! Primero, no proporcionar números de tarjetas, contraseñas, datos personales o documentos por llamadas o mensajes de texto si no se tiene certeza de quién es el destinatario.
Segundo, ante una llamada de un supuesto banco, empresa de internet o alguna institución oficial. Lo mejor es colgar y comunicarse de manera directa a través del número oficial o acudir de manera presencial si es posible.


Tercero, cuando los correos electrónicos o mensajes de texto tengan enlaces es mejor no dar click en ellos porque, casi siempre, pueden llevar a sitios falsos que parecen reales. Lo mejor es ingresar directamente a la página de internet escribiendo la dirección en el navegador.
Cuarto, usar contraseñas largas que mezclen letras, números y símbolos. Evitar usar información fácil de adivinar como fechas de nacimiento o nombres de familiares. No usar la misma contraseña para todo.
Quinto, revisar que las computadoras, celulares o tabletas electrónicas tengan las actualizaciones de seguridad instaladas y su programa antivirus . Esto protege de programas maliciosos y accesos no autorizados.
En caso de tener dudas sobre la existencia de una empresa o institución o en cualquier cuestión tecnológica, la SSC CDMX sugirió que las personas adultas mayores se acerquen a un familiar antes de tomar alguna decisión, más si se trata de dinero o datos personales.
Delitos más frecuentes
La SSC CDMX documentó que 40 por ciento de las personas adultas mayores han sido víctimas de fraude cibernético, 25 por ciento padecieron extorsión, 5 por ciento acoso, y cuatro por ciento robo de contraseñas.
Este tipo de delitos, detalló, son cometidos a través de las siguientes plataformas: 35 por ciento mensajería instantánea, 26 por ciento llamadas y mensajes de texto, 12 por ciento otro tipo de aplicaciones y 11 por ciento redes sociales.
Algunas de las dinámicas empleadas para cometer estos delitos cibernéticos pueden ser:
- Phishing (suplantación de identidad): engañar a la víctima mediante correos electrónicos, mensajes o llamadas que aparentan ser de instituciones legítimas, como bancos o entidades gubernamentales
- Estafas románticas en línea: el estafador se gana la confianza emocional de la víctima, a veces durante semanas o meses, hasta que comienza a pedir dinero por emergencias médicas, viajes o problemas personales
- Fraude técnico o soporte falso: recibir llamadas o mensajes de una supuesta empresa tecnológica. Se le dice que su computadora tiene un virus o problema grave, y se le convence de instalar un software que, en realidad, permite al estafador tomar el control del equipo
- Secuestro de cuentas: acceso no autorizado a cuentas personales como correo electrónico, redes sociales o cuentas bancarias. Una vez dentro, los delincuentes pueden pedir dinero a los contactos de la víctima o hacer compras
- Estafas de lotería o premios falsos: recibir mensajes que afirman que han ganado un sorteo, un viaje o una herencia millonaria. Para reclamar el “premio”, se les pide que paguen una suma por impuestos o trámites legales