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Científicos descubren cómo cambia la sangre con la edad y cuáles son los efectos

El hallazgo abre la puerta a diagnosticar y tratar mejor trastornos como la leucemia.

Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) y del Centro de Regulación Genómica (CRG), en Barcelona, España, descubrieron cómo cambia la sangre con la edad, y desarrollaron una metodología que permite rastrear los patrones de envejecimiento de las células sanguíneas célula a célula, lo que hace posible seguir su evolución. 

El hallazgo abre la puerta a diagnosticar y tratar mejor trastornos como la leucemia y, en el futuro, también a desarrollar terapias antienvejecimiento. Todos los detalles del trabajo se publicaron en el último número de la revista Nature.

“Cuando somos jóvenes, tenemos cientos de miles de células madre en la médula ósea produciendo constantemente los trillones de células sanguíneas que necesitamos para vivir. Pero a medida que vamos envejeciendo, algunas de estas células madre empiezan a extinguirse, mientras que otras empiezan a expandirse mediante clones. Y sabemos que algunos de estos clones están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades como los tumores de la sangre o con procesos como el aumento de la inflamación”, detalló Alejo Rodríguez-Fraticelli, investigador del IRB y coautor principal del estudio junto a Lars Velten, del CRG.

El método que permite rastrear el origen de cada célula sanguínea hasta su primer ancestro, hace posible saber en qué medida una persona ha perdido la diversidad en las células madre de su sangre y si la producción de células sanguíneas está en manos de unos pocos clones, lo que se asocia con una mayor vulnerabilidad.

Como si fuera un código de barras, los científicos descubrieron que en las células quedan grabados los cambios en las marcas químicas del ADN que indican a cada célula qué genes debe activar o silenciar. 

Mediante una herramienta que han denominado EPI-Clone, los especialistas pueden leer estos códigos de barras ‘impresos’ en cada célula y reconstruir su árbol genealógico. Lo probaron con éxito en ratones y humanos.

Según los datos obtenidos en ratones y humanos, hasta el 70% de las células madre sanguíneas pertenecían a solo unas pocas docenas de grandes clones.

En una persona centenaria, señaló Velten, la producción de sangre puede depender únicamente de dos o tres células madre que han ido clonándose.

De acuerdo con los investigadores, entender los mecanismos de esta expansión clonal es el primer paso para llevar a cabo una detección temprana del envejecimiento de las células de la sangre, lo que podría contribuir, por un lado, a un diagnóstico precoz de algunas patologías; y, por otro, al desarrollo de terapias que se dirijan a intentar mantener una mayor diversidad celular.

“Muchas enfermedades de la sangre se detectan muy tarde, cuando la situación de la médula ósea ya es muy mala. Con esta técnica podría adelantarse esa detección. Y también podría tener un impacto importante en las enfermedades cardiovasculares”, aseguraron Velten y Rodríguez-Fraticelli.

“Imagina que en un análisis de rutina podamos evaluar los niveles de clones de células madre en la médula ósea. Y, al igual que ocurre cuando se detectan niveles alterados con el hematocrito o el colesterol, que también si se observa una pérdida de diversidad en las células madre de la sangre esto funcione como una señal para recibir atención preventiva o, al menos, un estudio en profundidad”, añadió el estudio.

El hallazgo también abre la puerta a posibles estrategias antienvejecimiento, a terapias que retrasen el envejecimiento en humanos, señalan.

De cualquier forma, los investigadores recuerdan que para estudiar estas vías, es necesario identificar primero qué clones son más problemáticos, algo que aún no se ha llevado a cabo.

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