En las últimas 72 horas, otros 21 niños y niñas murieron en la franja de Gaza por desnutrición y hambre. El director del hospital al Shifá en la ciudad de Gaza, Mohamed Abu Salmiya, denunció que siguen llegando personas afectadas por la falta de comida.
La crisis se agravó en las últimas horas, debido al cierre de las plantas desalinizadoras que proporcionaban agua en el norte y centro del territorio, provocando una desnutrición en Gaza sin precedentes.
La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Medio (UNRWA), denunció que más de mil personas han muerto mientras buscaban ayuda en los centros de distribución coordinados por Israel y Estados Unidos.
Mientras la destrunición en Gaza ocurre, el jefe de la oficina de derechos humanos, Volker Turk, alertó que la ofensiva terrestre que Israel inició en la región central de Deir Al-balah, provocará más muertes.
“Parecía que la pesadilla no podía empeorar y sin embargo, lo hace. Estos últimos ataques aéreos y operaciones terrestres israelíes provocarán invariablemente más muertes de civiles y la destrucción de infraestructura civil. Las casas ya han sido destruidas y miles de personas se han visto obligadas a huir de la zona de nuevo”, aseguró Volker Turk.
Rechazan clérigos situación en Gaza
Los líderes eclesiásticos que visitaron la franja de Gaza, después de que fue atacada la única iglesia católica, denunciaron que la situación en el territorio es “moralmente inaceptable e injustificable”.
“La ayuda humanitaria no solo es necesaria, es una cuestión de vida o muerte. Negarse no es una demora, sino una sentencia. Cada hora sin comida, agua, medicinas y refugio causa un daño profundo. Lo hemos visto: hombres que resisten al sol durante horas con la esperanza de una comida sencilla”, expresó el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén.