
Al menos 20 personas migrantes detenidas durante las redadas en Estados Unidos, fueron llevadas a una antigua prisión en Tennessee, la cual funciona como centro de detención.
Tiene una capacidad para albergar a 500 personas y es administrada por la empresa privada CoreCivic Inc., bajo un contrato del Servicio de Migración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Esta prisión fue cerrada en 2021, cuando el entonces presidente, Joe Biden, ordenó al Departamento de Justicia no renovar ningún contrato con empresas privadas.
La Unión Americana de Libertades Civiles rechazó su apertura al advertir que podrían registrarse maltratos contra las personas detenidas, como ha sido denunciado en el centro de detención de Otay Mesa, en California, también administrado por CoreCivic Inc.
Las autoridades defendieron el inicio de operaciones del centro de detención porque, dicen, se crearán 240 empleos y se promoverá el desarrollo económico de la localidad de Mason, donde está ubicado.