Más que pintor, Héctor Xavier se consideraba dibujante.
Fue un artista que trazó lo que sus ojos vieron y los temas que le interesaban.
Elegía sus modelos, entre los que se encontraban Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges o Frida Kahlo.
No hacía retratos comerciales; exclusivamente a la gente que quería retratar. era parte de sus retos. así como dibujó a los animales o dibujó a la bailarina haciendo movimiento’’, consideró la curadora Miriam Kaiser.
Héctor Xavier usaba cualquier superficie como lienzo y así transformó programas de mano, manteles o servilletas en piezas magistrales.
Con sus dibujos, dejaba que la imaginación se encargara de completar los espacios vacíos; era intuitivo y sugerente con las formas de sus trazos.
Llevó sus experimentos al papel, lámina y seda china, y cuando descubrió la fineza de la punta de plata, dejó el lápiz y depuró sus procesos.
Básicamente es hacerle un homenaje a Héctor, pero sobre todo a las técnicas distintas del dibujo. el dibujo no como medio para llegar a un fin, sino como el fin mismo’’, aseguró la curadora, Miriam Kaiser
100 piezas, entre documentos, fotos, acuarelas y dibujos, forman la exposición “Héctor Xavier. señales de vida”, que conmemora el centenario de su natalicio.
La exposición podrá admirarse desde ahora hasta el 4 de marzo en el Museo Nacional de Arte.