La lucha contra el cambio climático, sigue su curso. Luego de la última COP26, en 2021, la pregunta en cuanto al financiamiento y cómo se pondrá manos a la obra para los nuevos planteamientos que se expondrán en la COP27, prevista a llevarse a cabo en Egipto, siguen en pie. Este evento no es el único ni primero en abordar este tema. De hecho, este año se conmemora el 50 aniversario de la Conferencia de Estocolmo, primera reunión global celebrada para analizar las consecuencias de la actividad humana sobre el medio ambiente. Esta medida proponía acciones a fin de evitar el agotamiento de los recursos naturales y el deterioro ambiental. Por ello, se determina que, desde hace cinco décadas ya era motivo de gran preocupación la destrucción de la biodiversidad y de los ecosistemas terrestres y marítimos, la contaminación del aire, la tierra, los ríos y los océanos. En entrevista con Miguel Ruiz Cabañas, embajador y director de la iniciativa sobre objetivos de Desarrollo Sostenible, del Tec de Monterrey, destacó los objetivos trazados en la Cumbre para enfrentar la reducción de emisión de efectos de invernadero, antes de 2030.
“La conferencia se reúne cada año, como bien lo sabemos, para ver qué se va a hacer para reducir las emisiones de gases que causan el efecto de invernadero. Esa es la única respuesta. Para eso se hizo el acuerdo de París en 2015, para fortalecer la cooperación internacional en ese entonces. México lo ratificó (el Acuerdo), es un tratado internacional donde nos comprometemos junto con los demás países a hacer esfuerzos para reducir las emisiones con el objetivo de que la temperatura que no aumente más de 1.5 grados centígrados, porque si aumenta los daños al clima pueden ser grandes e irreversibles”, comenta el embajador.Ruiz Cabañas destaca que el ambiente fue de concordia a pesar de que la reunión se había pospuesto un año por la pandemia; además de que causó buen sabor de boca el regreso de Estados Unidos, luego de cuatro años desde que Donald Trump asumiera la presidencia de ese país. “Era importante que Estados Unidos estuviera porque es el segundo mayor en emisión de gases; sin Estados Unidos, la cooperación sufre por todos los temas, pero en este específicamente. Es importante el tema por los últimos eventos, desde los incendios de Australia, California; las inundaciones en Nueva York, en el centro de Alemana, ya no está en duda, cada día son más grandes sus efectos dañinos; esto (el cambio climático), está causando graves sequías, intensas olas de calor, inundaciones, lluvias desestacionalizadas. Todo esto pone en peligro la producción de alimentos, sobre todo, en países muy pobres, además, se está deshelando Groenlandia, el Mar ártico, la Antártida y Siberia”, detalló. Dentro del planteamiento de los retos principales se mencionó que habría que reducir las emisiones 45% de su nivel del año 2010, para que antes de 2030, la temperatura no aumente más de 1.5 grados.
Retos para México
Lo mejor, según el directivo del Tec de Monterrey, es que los gobiernos no se retractaron en su objetivo del reto planteado por el IPCC (Panel Intergubernamental del Cambio Climático) y dijeron: “vamos a hacer esfuerzo para mantener el objetivo”. Por ello, los países involucrados, incluido México, deberán presentar en COP27, en Egipto, nuevas ofertas de reducción de emisiones.“Es decir, lo que se llama las contribuciones nacionalmente determinadas”, explica Ruiz.
¿Energías renovables o no?
La reducción de emisión de gases significa el uso de energías limpias, lo que tendría que analizarse para las nuevas políticas en materia energética en nuestro país.“Si México sigue así (con el rechazo a energía renovables), no vamos a cumplir nuestras contribuciones nacionalmente determinadas. Porque, además, estamos obligados a presentar nuevas contribuciones. Eso se acordó en la conferencia y no sé cómo le va a hacer México”, reconoce.En este punto, Ruiz Cabañas hace una reflexión: “los efectos de esa reforma afectarán por décadas el derecho a un medio ambiente sano y la preservación del medio para las generaciones presentes y futuras”. Lo anterior porque, de acuerdo con el especialista, hay una marcada preferencia por la producción de energías fósiles sobre las energías solar y eólica. “Afectará la salud de la población y la preservación del medio, también reducirá la competitividad internacional de la economía mexicana, y su capacidad para atraer inversión, nacional y extranjera, para la creación de empleos decentes y bien remunerados”, sostiene.
Acuerdos pendientes
Para el embajador, aunque se acordó que los países desarrollados transferirían 100 millones de dólares al año a naciones en desarrollo, a partir de 2020, para ayudarlos en sus planes de mitigación, reducción de emisiones y adaptación al cambio climático, el compromiso ha quedado en el aire.“Algunos (países) dicen que ya están muy cerca (de cumplir la meta); que cumplirán con ese compromiso en 2022 o 2023. Y que, a partir de 2025, se fijaría una nueva meta de financiamiento”.Otro de los objetivos en pausa es que no se logró acordar que se vaya dejar de usar el carbón, pero que sí se va reducir sustancialmente su consumo hacia 2030. El embajador Ruiz Cabañas es también director de la iniciativa sobre Objetivos de Desarrollo Sostenible en el Tec de Monterrey, donde se imparten cursos, sólo a personal de la escuela. En 2015, se aprobaron 17 objetivos globales y su horizonte va enfocado hacia 2030.
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- Lucha contra el cambio climático
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