Dos meses después de negarse a intervenir, la Corte Suprema de Estados Unidos escucha este lunes las impugnaciones a la ley de Texas que prohíbe los abortos después de seis semanas de embarazo y que no contempla excepciones por violación o incesto. El tribunal de nueve miembros, que incluye a seis jueces conservadores, escuchará durante dos horas los argumentos de las partes en un caso seguido de cerca en todo el país por sus implicaciones humanas y políticas. Texas, el segundo estado más grande del país, está siendo demandado por el Departamento de Justicia del presidente Joe Biden y una coalición de proveedores de servicios de aborto, por promulgar restricciones al aborto que, según ellos, son “claramente inconstitucionales”. El Proyecto de Ley 8 del Senado de Texas (SB8) prohíbe los abortos después de que se puede detectar el latido del corazón en el útero, lo que normalmente sucede alrededor de las seis semanas, cuando muchas mujeres ni siquiera saben que están embarazadas. Se han aprobado leyes que restringen el aborto en otros estados liderados por republicanos, pero los tribunales las anularon porque violaban fallos anteriores de la Corte Suprema que garantizaban el derecho al aborto hasta que el feto sea viable fuera del útero, que suele suceder entre las semanas 22 y 24. La “Ley del latido del corazón de Texas” se diferencia de otros esfuerzos en que otorga a cualquier ciudadano el derecho de demandar a los médicos que practican abortos, o a cualquier persona que ayude a facilitarlos, una vez que se detecta un latido del corazón. Pueden ser recompensados con 10 mil dólares por iniciar casos que llegan a los tribunales, lo que genera críticas porque se alega que alienta a las personas a actuar como vigilantes.
El marco de la ley de Texas ha complicado la intervención del Departamento de Justicia debido a un principio llamado “inmunidad soberana“, explicó Mary Ziegler, profesora de derecho constitucional en la Universidad Estatal de Florida.