Los trastornos mentales en los jóvenes se han elevado durante la pandemia, debido principalmente al confinamiento y a la propia enfermedad COVID-19 y no atenderlos oportunamente puede tener consecuencias en la vida adulta.
Así lo señalan diversas instituciones médicas, profesionales independientes y hasta gobiernos que temen que las consecuencias mentales de la actual pandemia se trasladen por muchos años.
Aparte de los impactos físicos obvios del coronavirus, los profesionales de la salud destacan la lucha que las personas han vivido en los últimos dos años, con muchos cambios emocionales y sociales vividos.
Además, advierten que a muchos les resulta difícil adaptarse a una “nueva normalidad” ahora que los bloqueos y confinamientos comenzaron a relajarse.
Estudio
Un estudio, publicado en la revista médica The Lancet en octubre, analizó la prevalencia mundial de la depresión y los trastornos de ansiedad en 204 países y territorios en 2020 debido a la pandemia de COVID-19.
Encontró que la salud mental disminuyó drásticamente en ese año, con un estimado de 53 millones de casos adicionales de trastornos depresivos mayores y 76 millones de casos adicionales de trastornos de ansiedad observados en todo el mundo.
Además, se encontró que las mujeres y las personas más jóvenes se vieron más afectadas que los hombres y los adultos mayores.
Como la pandemia realmente se afianzó en la primavera de 2020, había poca comprensión de cuánto duraría la misma.
Los psicólogos dicen que hubo una sorprendente cantidad de resiliencia durante los primeros meses del brote del virus, particularmente cuando muchos países entraron en bloqueos sin precedentes.