Reportajes especiales

Traumatismo craneoencefálico, preocupante causa de mortalidad e incapacidad en México

Afecta principalmente a personas jóvenes en edad reproductiva y adultos mayores; accidentes de tránsito, una de las causas

El traumatismo craneoencefálico es una de las principales causas de mortalidad e incapacidad en nuestro país. Se asocia, principalmente, a personas jóvenes en edad reproductiva y también a adultos mayores. Es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema de salud pública, debido a las consecuencias de mortalidad e incapacidad –esto último con altos costos para las familias y/o personas cuidadoras y también por años de vida perdidos para las víctimas–, además de que existen tres causas principales: por accidentes de tránsito, golpes en la cabeza derivados de lesiones dolosas (agresiones físicas, por armas de fuego) y caídas. En esta primera entrega Once Noticias conversó con Marco Antonio Ascencio Montiel, neurocirujano, sobre este tipo de trauma, y con Brenda “N” sobre el caso de Joaquín “N”, una familia que ha experimentado los impactos de este tipo de trauma.

El accidente de Joaquín

Joaquín “N” asistió a la cena de fin de año de la empresa. Ese día había invitado a su esposa, pero ella decidió quedarse en casa. Viven en una comunidad en Jilotepec, Estado de México. Joaquín decidió volver a casa, bajo los efectos del alcohol, y viajar en su moto sin casco. Era un viaje cotidiano, se sabía el camino de vuelta. No muy lejos de su casa tuvo un accidente. Brenda cuenta a Once Noticias que su esposo, de 28 años, quedó tendido sobre el asfalto al menos 4 horas. La carretera que conecta a su casa es solitaria, por lo que a esa hora nadie se percató de que Joaquín yacía sobre el pavimento. Fue encontrado alrededor de las 6 de la mañana y el accidente, según el reporte que recibieron, ocurrió a las 2 de la madrugada. Fue llevado por una ambulancia y policías municipales al Hospital de Traumatología y Ortopedia de Lomas Verdes. Presentaba un trauma craneoencefálico severo y debido al golpe, sus pulmones quedaron afectados. Apenas podía respirar. El trauma craneoencefálico se define como “una alteración en el encéfalo –que es el contenido de la cavidad del cráneo– ya sea estructural o funcional provocado por una fuerza externa y brusca”, señala el doctor Marco Antonio Ascencio a Once Noticias. El especialista señala que este tipo de trauma se clasifica según el grado de lesión y las secuelas. Los especialistas se basan en la Escala de Glasgow, que mide el nivel de estado de alerta o nivel de conciencia. El traumatismo craneoencefálico se divide en tres tipos, según la puntuación en la escala de Glasgow:
  • Leve (la puntuación va de 14 a 15).
  • Moderado (9 a 13).
  • Grave (8 a 3).
El neurocirujano relata que cuando el trauma o el daño cerebral ha sido mayor, menor estado de alerta tienen los pacientes. La evidencia es cuando las personas pierden la conciencia y no despiertan. Las principales lesiones son estructurales, es decir en la forma y en el contenido del cráneo que se expresan en fracturas, hemorragias (que pueden estar por encima del cerebro o internamente), inflamación cerebral y otros daños difusos, asevera el especialista. La inflamación cerebral es el principal enemigo. Al respecto, el neurocirujano compartió que el tratamiento es difícil, porque el cerebro tiene un metabolismo distinto al resto del cuerpo y además cuando aumenta el volumen del cerebro, se genera una compresión y puede generar daños cerebrales o la muerte. Los traumas craneoencefálicos en nuestro país El trauma craneoencefálico en México, tal como aseveró el médico especialista a Once Noticias, y también la literatura especializada (Carrillo, R. 2015), es más frecuente en personas jóvenes que van de los 15 a 45 años. Es más frecuente en hombres, la tasa de ocurrencia es de 3 hombres por 1 mujer. Cerca de 75% de las veces está relacionado con accidentes de tránsito (principalmente motocicletas y automóviles), el resto por lesiones dolosas (agresiones físicas, armas de fuego, etc), caídas y en menor porcentaje, por lesiones deportivas. El neurocirujano enfatizó que en los accidentes de tránsito hay una alta prevalencia del uso de alcohol y falta de equipo de protección (en moto) o utilización del cinturón de seguridad (en auto). En lo que respecta a traumatismos en adultos mayores, se agravan por las condiciones propias de pacientes como las comorbilidades que entorpecen la recuperación, tienen un cerebro que responde menos a los tratamientos y una reserva cardiaca menor, según detalló Marco Ascencio al medio.

Grupos vulnerables, los más afectados

Brenda cuenta que ya son dos meses que Joaquín está internado en el área de Neuroconfor, un área de urgencias neurológicas, en donde se encuentran pacientes en estado severo, bajo observación. Tuvo que ser intervenido con una traqueostomía, para que pudiera respirar. Brenda y Joaquín tienen dos hijos: de 6 y 2 años, respectivamente. Brenda se dedicaba al cuidado de sus hijos, hasta antes del accidente. Su esposo trabajaba en una empresa como ingeniero informático. En los pasillos del hospital, Brenda se deambula, piensa, se desespera y también suele escuchar otras historias cuando espera la visita. Se queda la mitad de la semana, a veces más en el Hospital. Brenda le habla a su esposo al oído, le da ánimos y le enseña fotos de sus hijos, con la esperanza de que se motive para que acelere su mejoría. A veces los ojos de Brenda expresan tristeza, porque su vida quedó en un estado de pausa; lo asume como pesadilla. Uno la encuentra en la cafetería, pidiendo a algún santo por la salud de su esposo, por sus hijos. Otras veces, hace videollamada con su mamá -quien le hace favor de cuidar a sus pequeños–. Cuando le toca regresar a casa, su único deseo es descansar, porque las noches en una área de urgencias son siempre eternas. Sin embargo, no duda en intercambiar el descanso por tiempo efectivo con sus hijos. Brenda guarda esperanza. Todos los días se dice a sí misma que Joaquín mejorará. En su empleo, le dan el seguro, pero conforme pasan los días el director de la empresa le dice a Brenda que no pueden esperar más a su esposo y le piden reportes médicos. Está angustiada. Está decidida a tomar cartas legales si despiden a Joaquín. Afirma que eso sería injusto si saben que está delicado. En sus largos trayectos de Jilotepec al hospital piensa en todo. Afirma que tener seguro es una ayuda, sino cómo le haría para pagar todo. Trata de no pensar en los costos que tendrán las terapias de su esposo, afirma que ya en casa verá cómo le hace. Brenda ha decidido hacer pequeños trabajos en su computadora que le ayuden a tener una entrada, mientras pasan esta situación, aunque le da miedo llevar su herramienta de trabajo, porque sabe que sus trayectos son inseguros. Con respecto a los tratamientos para un trauma craneoencefálico, según compartió Marco Antonio a Once Noticias, depende del grado de afectación sobre el estado de alerta, el lenguaje, las secuelas motoras y cognitivas. En afectaciones graves en donde el paciente pierde movilidad, el habla o presenta estados bajo de alerta, suele representar un impacto psicológico muy alto para las familias y también en gastos de salud. “Es el estado más triste”, afirma Marco Ascencio. Marco señala que desafortunadamente las familias de escasos recursos o de zonas con altos grados de marginación y pobreza suelen tener menos accesibilidad a la atención de este tipo de traumatismo. En contraste, en zonas urbanas hay opciones para tratar los traumatismos de manera integral con terapias de distintos tipos. Joaquín ha mostrado mejoría: abrió sus ojos y ya mueve, un poco, uno de sus brazos y dedos. En los ojos marrones de él, Brenda ha visto su desesperación, lo ha visto llorar. No obstante, ella como muchas otras mujeres que cuidan a sus esposos, hermanos, padres, madres o hijos, guarda esperanza para que su esposo se recupere, se lo pide y en bromas afirma que le exigirá eso a Joaquín, que lo haga por sus hijos, “va mejor, a ver qué tal mañana”, confiesa Brenda.

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