A 52 días de la invasión rusa, los cuerpos no dejan de emerger, los cuerpos hallados se cifran en 403 hasta ahora. “Mi madre murió el 26 de febrero, durante la ocupación de los rusos, por un ataque. Tuvimos el cuerpo por varias semanas en la casa, hasta que nos permitieron traerla a esta fosa”, contó Bogdad, ciudadano de Bucha.
El jardín de la iglesia local se convirtió en una fosa clandestina donde los propios habitantes en esta localidad, ubicada a 50 kilómetros de Kiev, enterraron a sus familiares o vecinos. “Desde el primer día se registraron asesinatos de civiles porque la gente intentó evacuar y fueron tiroteados en sus carros, en las calles, esa es la razón de que haya muchos cuerpos”, agregó Andrei Galvin, ciudadano de Bucha.
Bogdad narró que vino a pedir informes a los peritos sobre los documentos que debe presentar para que exhumen el cadáver de su madres para poderla enterrar. “Muchos de Bucha decidimos traer a nuestros familiares porque los cuerpos que estaban en las calles ya comenzaban a oler mal y fue el lugar donde los rusos nos permitieron enterrarlos. Es horrible”, añadió.
Las autoridades creen que las tropas rusas permitieron esta fosa común para esconder toda prueba de los asesinatos deliberados contra civiles. Olek, ciudadano de Bucha, dijo conocer lo que es convivir a diario con la muerte porque trabajo en el cementerio local durante 7 años.
Tras la retirada de las tropas rusas, detalló, se ofreció como voluntario para transportar los cuerpos de las fosas a las morgues donde están siendo identificados. “Hoy transportaremos 17 cuerpo. Ayer 21, hemos transportado alrededor de 80, pero tal vez otros 100 cuerpos sigan ahí”, declaró.
Expertos internacionales, como la Gendarmería de Francia y la Corte Penal Internacional, colaborarán en la identificación de los cuerpos para determinar si lo de Bicha fue un genocidio.