Estudiar en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) es un deseo y aspiración de muchos jóvenes en México, pero también de otros países y el Programa de Movilidad Académica del Instituto permite a estudiantes de otras universidades nacionales y del extranjero cumplir ese deseo.
Tal es el caso de Gerardo, quien estudia Ingeniería Aeronáutica en El Salvador y estudiará un semestre en la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) Ticomán.
“Escuché sólo muy buenos comentarios sobre la institución, y pues además México, porque El Salvador es un país que se ve muy influenciado en parte de su cultura, entonces siempre me llamó la atención México”, comentó Gerardo José Ulloa Romero, estudiante de la Universidad Don Bosco, El Salvador.
Lo mismo ocurrió con Ricardo, quien estudia Bioingeniería en Baja California y tuvo la oportunidad de venir a la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) a ampliar sus conocimientos sobre Inteligencia Artificial.
“El nivel del Politécnico en cuanto a ingenierías pues es muy alto, es de las mejores, sino es que la mejor universidad de ingeniería aquí en México y básicamente es eso”, expresó Ricardo Nava Palomino, de la Universidad Autónoma de Baja California.
Por su parte, Diego estudia Ingeniería Biomédica en Perú y en la UPIITA estudiará un semestre de Biónica.
“Viendo las opciones que tenía, a nivel de ingeniería se me recomendó muchísimo el Politécnico y al final opté por esa decisión“, sostuvo Diego Sebastián Espinal Castillo, estudiante de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.
Bryam viene de Colombia y durante su semestre en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA) Zacatenco realizará una investigación sobre asentamientos de suelos.
Aparte sufren con temas de sismos y eso hace que la carrera de Ingeniería Civil acá sea muy productiva o sea muy buena, porque se enfocan mucho en el estudio que generan muchos métodos para evaluar esos tipos de riesgos o problemáticas que se presentan añadió Bryam Martínez Hincapie, estudiante de la Universidad Internacional del Trópico Americano, Colombia.
Los cuatro agradecen la calidez con la que han sido recibidos no sólo por los politécnicos, sino por los capitalinos en general.
“Yo venía esperando encontrar gente muy fría, gente que a lo mejor nada más te está viendo para hacere daño, ese tipo de cosas; sin embargo, pues todo lo contrario. El Poli resultó ser como quien dice la mera raza”, dijo Ricardo Nava Palomino.
Además, como parte del Programa de Movilidad se les asignó un “buddy“, es decir, un acompañante como Karol y Frida, quienes se encargan no sólo de orientarlos en el tema académico sino también de mostrarles la ciudad.
“Me han llevado a conocer lugares de México, lugares históricos de México, lo que es el Ángel, lo que es el parque de Chapultepec, lo que es el Museo de Bellas Artes, también he salido con ellos a bailar”, indicó Bryam Martínez.
La convivencia entre estudiantes de distintos países, dicen, enriquece aún más esta experiencia.
Gerardo José Ulloa Romero dijo que el conocer personas de diferentes países es una experiencia única de conocer otros tipos de culturas y demás, otras costumbres.
Y aunque llevan poco tiempo, dicen, ya comienzan a contagiarse del espíritu politécnico.
Diego Sebastián Espinal comenta que en el IPN se tiene una identidad muy arraigada entre las personas que estudian en esta casa de estudios y que eso hace que el ambiente que se genera sea muy amigable.