Un compuesto para tratar el Alzheimer fue desarrollado por investigadores de la Escuela Superior de Medicina (ESM) del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
El Alzheimer es una enfermedad progresiva y degenerativa del cerebro que provoca deterioro de la memoria, del pensamiento y de la conducta. En México, aproximadamente 350 mil personas padecen la patología.
Aunque el Alzheimer no tiene cura, sí existen medicamentos para tratar sus síntomas y retrasar la pérdida de la memoria.
Justamente un grupo de científicos del Instituto Politécnico Nacional, encabezados por la investigadora Martha Cecilia Rosales Hernández, trabajan en el desarrollo de un compuesto que inhibe a las tres enzimas que provocan la pérdida de la memoria y permite mantener la neurotransmisión.
“Tendría actividad sobre estas tres moléculas implicadas en la enfermedad, a diferencia de los fármacos que se encuentran en el mercado que sólo van directo sobre un blanco farmacológico, digámoslo así”, explicó Martha Cecilia Rosales Hernández, profesora-investigadora de la ESM, IPN.
Las y los investigadores trabajan también en la presentación del fármaco que, hasta el momento, vislumbran de administración intranasal, ya que, actualmente, de los 41 medicamentos disponibles en el mercado para tratar el Alzheimer, ninguno tiene esa vía de administración.
La idea es encapsular el compuesto en liposomas, es decir unas minúsculas esferitas de grasa.
“La idea es que sean flexibles porque queremos que atraviesen el cerebro y para que atraviesen el cerebro deben de tener una composición un poco como una pequeña esferita de grasa que se puede medio aplastar para que pueda pasar por los poros del cerebro”, explicó Raúl Horacio Camarillo López, posdoctorante de la ESM del IPN.
Actualmente, las y los investigadores evalúan qué porcentaje del compuesto se logra encapsular en las esferitas que serán el vehículo para que el fármaco llegue al cerebro.
“Queremos mejorar la parte de la estabilidad para que nuestra esfera no se degrade y dure más tiempo y que así pueda llegar a administrarse”, mencionó Lilia Fernanda Delgado Cárdenas, estudiante de licenciatura en la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología del IPN.
La investigación se encuentra en fase preclínica, es decir, pruebas con animales. Sin embargo, debido a la falta de transferencia tecnológica o a la posibilidad de registro de las moléculas ante la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), las y los investigadores ven complicado que el fármaco pueda llegar a la fase clínica, lo que significa pruebas en pacientes.
La investigación pone de manifiesto la importancia de la vinculación que debe existir entre las instituciones educativas y las empresas farmacéuticas.