Un grupo de estudiantes y académicos de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME), Zacatenco, realizó una investigación que busca comprender el impacto de la delfinoterapia en niños y niñas con alguna discapacidad intelectual, por ejemplo, el autismo, los resultados que obtuvieron son muy interesantes.
La investigación es resultado de la petición de un acuario privado en Ixtapa Zihuatanejo, Guerrero, a fin de analizar la delfinoterapia, una técnica de medicina alternativa.
A un año de comenzar el proyecto, las y los estudiantes encontraron que este tipo de nado estimula la actividad cerebral de menores con autismo, Síndrome de Down y Trastorno por Déficit de Atención.
Tenemos mucho cuidado en eso, de no caer en la pasión de que ahora voy a defender la delfinoterapia, no. Nuestra hipótesis original es que no funciona y nunca hemos podido probar que no funciona, siempre hemos visto que el delfín hace un cambio a la hora de estar con el niño o la niña” comentó el investigador del ESIME, Jesús Jaime Moreno.
Las y los expertos, quienes registraron específicamente la actividad cerebral con ayuda de sensores y un sonar, identificaron que las frecuencias de comunicación de los delfines produce actividad neuronal en las y los menores de edad.
Para interpretar esto, las y los politécnicos diseñaron un software, recién reconocido en un certamen de posgrado.
Con este soporte científico, entonces uno se puede dar cuenta en qué punto está sirviendo más a este niño, porque puede ser que al niño uno le funcione más en determinado punto y en determinado tiempo, y al niño día en otro tiempo, y en determinado punto” detalló la estudiante del ESIME, Erika Aguilar del Villar.
Asimismo, el profesor del ESIME, Hugo Quintana Espinosa, dijo que no nada más utilizaron el software y las matemáticas, sino que también están tratando de diseñar los equipos o los aditamentos necesarios para poder realizar las prácticas o los ensayos.
“Tratamos que los chicos se involucren en ese tipo de problemáticas sociales y que incidan en un beneficio”, indicó.
Además, las y los politécnicos insistieron en que se necesitan más estudios para sustentar la eficacia de la delfinoterapia para saber si funciona y cómo lo hace. Reconocieron que su experiencia con una treintena de niños y niñas les permitió experimentar momentos esperanzadores en torno a este terapia.
El niño se quitó la diadema y empezó a gritar, mamá, mamá, y la señora dice nunca se había comunicado con ella en la vida, no le había dicho mamá, entonces era la primer vez que hablaba con ella y no solo eso, sino que le decía mamá” resaltó Jesús Jaime Moreno.
Finalmente, mencionó que esta lectura de señales podría servir para evaluar otros problemas y aportar nueva información a propósito de esta terapia alternativa.
“Ya después intentaremos todo este conocimiento ponerlo en terapias convencionales como terapias de lecto escritura o cosas así”, añadió Moreno.