La biotecnología no es una disciplina pura, se basa en el conocimiento de varias ciencias y, por supuesto, de tecnología. Como ejemplo de ello es un proyecto en el que se hace uso de la espectroscopía para el cultivo del jitomate.
México es uno de los principales productores de jitomate en el mundo. Los que más producen esta hortaliza son: Sinaloa, San Luis Potosí, Michoacán, Baja California y Jalisco.
En Tlaxcala, su cultivo ha crecido considerablemente.
Sin embargo, cuando una planta es contaminadas por hongos y gusanos o nemátodos, se dañan su tallo y sus hojas, y se forman pequeños bultos en la raíz.
Aquí los nemátodos pues van a tener la gran ventaja de que todos los nutrientes que absorba la raíz los van a empezar a captar ellos, y no van a llegar de manera tan eficiente al resto de la planta, es entonces cuando el productor va a observar plantas que están decaídas, que aunque tengan riesgo pues se ven tristes y la producción, que es lo más importante, va a disminuir”, precisó Stefani Meza, estudiante de doctorado del Centro de Investigación en Biotecnología Aplicada, el CIBA, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En el laboratorio, los científicos han encontrado una solución.
Nosotros tenemos trabajando desde hace unos tres años con un consorcio de bacterias, aislando bacterias de diferentes sustratos, se evaluaron su capacidad de promoción de crecimiento vegetal”, comentó Laura García, profesora investigadora del CIBA-IPN.
“Ya sabemos que promueven el crecimiento, ahora queremos corroborar que también son antagonistas de patógenos del suelo”, dijo Laura García.
Las bacterias se inyectan en el suelo para combatir a los fitopatógenos. En el laboratorio se analizan las muestras.
Aunque las pruebas moleculares son muy seguras, requieren de tiempo. Por ello, se aplican técnicas espectroscópicas, que permiten tener los mismos resultados en 30 segundos.
Hemos desarrollado a través de técnicas de espectroscopia óptica, que no es otra cosa más que cómo interacciona la luz con la materia. La materia al recibir esta radiación tiene que responder de alguna forma y esa respuesta nos permite poder determinar características específicas de la muestra o incluso algunas adulteraciones o ciertos metabolitos que están presentes en ella cuando no deberían de estar presentes”, declaró Raúl Delgado, profesor investigador del CIBA-IPN.
No se trabaja con ADN, sino con pequeños cortes como puede ser la raíz o el fruto. La luz infrarroja ayuda a dar un análisis completo y rápido.
Esa misma técnica se puede emplear con la planta viva a través de equipo portátil. Esta misma técnica, se espera llevarla pronto al campo.
La aportación principal del CIBA es que estamos proponiendo una técnica que puede determinar en tiempo real la patogenicidad en la planta de jitomate, esa es la aportación principal de CIBA y eso es una aportación que no solamente es a nivel nacional puede ser a nivel internacional”, subrayó Raúl Delgado.