Residencia musical de Bad Bunny revoluciona Puerto Rico
Con 30 conciertos ‘sold out’, la serie ‘No Me Quiero Ir De Aquí’ transformará a San Juan durante tres meses, con más de 400 mil boletos vendidos.

Con el primero de 30 conciertos completamente agotados, Bad Bunny dio inicio a su residencia musical en el Coliseo de Puerto Rico, un evento sin precedentes que ha generado repercusión internacional, impulso económico y fenómenos culturales que rebasan el ámbito musical.
Bajo el título ‘No Me Quiero Ir De Aquí’, el reguetonero más influyente de la última década anunció inicialmente 21 funciones. Sin embargo, la demanda masiva lo llevó a extender a 30 presentaciones, que se celebrarán cada fin de semana entre el 11 de julio y el 14 de septiembre.
La residencia no solo batió el récord de 14 conciertos que ostentaban Wisin y Yandel, sino que ha vendido más de 400 mil boletos en apenas 4 horas, según la empresa Move Concerts. Las primeras funciones se reservaron exclusivamente para residentes locales, quienes formaron filas de hasta 20 horas para adquirir entradas.
Revolución cultural y económica
Más allá de los conciertos, Puerto Rico vive una auténtica transformación: se venden accesorios como la tradicional pava, se ofrecen tours por el municipio natal del artista, y han surgido propuestas educativas y científicas inspiradas en su música.
La producción ha generado un impacto económico estimado en 377 millones de dólares, además de 3 mil 642 empleos directos e indirectos, de acuerdo con un estudio comisionado por el Municipio de San Juan.
Se han reservado más de 40 mil noches de hotel, y las búsquedas en Airbnb crecieron un 140% respecto a 2024, incluso en temporada baja, con fanáticos procedentes de Estados Unidos, España, México, Colombia y Francia, entre otros países.
Diccionarios y estudios científicos
El fenómeno también ha impactado en la lingüística y la neurociencia. La lexicógrafa Maia Sherwood Droz publicó El ABC de DtMF, un diccionario cultural que explica las referencias presentes en el último disco del artista, Debí Tirar Más Fotos.
Por su parte, el Colegio de Químicos de Puerto Rico reveló un estudio que documenta cómo la música de Bad Bunny estimula neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina, generando placer y sentido de comunidad.
“La gente no solo baila; se conecta bioquímicamente”, explicó María Santiago Reyes, coautora del informe.