La Décima Cumbre de Líderes de América del Norte fue una reunión histórica en la que los jefes de Estado de México, Estados Unidos y Canadá mostraron su voluntad y compromiso para fortalecer la integración regional con un sentido que pone en el centro a la sociedad, a las comunidades indígenas originarias, al medio ambiente, a la competitividad, la migración, la salud y la seguridad.