Mañana se cumplen 85 años de la llegada a nuestro país en 1937 de 454 niñas y niños españoles, huérfanos o hijos de padres republicanos a los que el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas ofreció asilo. Fue la esposa del presidente, Amalia Solórzano, quien tomó la iniciativa de recibirlos y protegerlos. Se les conoció como los niños y niñas de Morelia, puesto que fueron alojados en esa ciudad.
Con ese gesto, el Gobierno de México honró su política de dar asilo, generosamente, a las personas cuyas vidas corrían peligro ante los conflictos ocurridos en sus países.
El Gobierno mexicano respaldó al gobierno de la República española, ante la rebelión de un sector del ejército hispano encabezado por Francisco Franco. México apoyó diplomática, política y materialmente al gobierno republicano. En sus apuntes, el 20 de agosto de 1936 el presidente Cárdenas explicó esa decisión:
“El Gobierno de México está obligado moral y políticamente a dar su apoyo al gobierno republicano de España, constituido legalmente y presidido por el señor don Manuel Azaña… el gobierno republicano tiene la simpatía del gobierno y sectores revolucionarios de México. Representa el presidente Azaña las tendencias de emancipación moral y económica del pueblo español”.
El 7 de junio de 1937 llegaron al puerto de Veracruz 163 niñas y 291 niños, la mayoría entre ocho y doce años, aunque hubo algunos menores de tres años cuyos padres decidieron acogerse a la decisión del gobierno mexicano para protegerlos de la guerra civil que desangraba a la Nación española. Fueron recibidos con júbilo y hospitalidad por 15 mil personas en Veracruz, por 30 mil en la ciudad de México y 15 mil en Morelia. La niña Concepción Baixeras contó así el recibimiento:
“Bajamos del barco, no tocamos ni el suelo de Veracruz porque había una pasarela. Del barco directamente al tren. Nos suben, veo gente riendo, llorando, queriéndome tocar una mano, dándome una paleta, queriéndome besar” Otro niño, Antonio Aranda, relató: “En cada pueblo que íbamos pasando de Veracruz al D.F. nos despertaban con música, con tambores, con flores”.
Las familias republicanas que mandaron a sus hijos a nuestro país pensaban que iba a ser un refugio temporal. Sin embargo, la guerra civil se alargó y la república fue derrotada. Las niñas y niños españoles de Morelia tuvieron que quedarse en México y se integraron a la nuestra sociedad.
El gobierno de Cárdenas y muchos voluntarios mexicanos que formaron parte de las brigadas internacionales, al igual que gobiernos como el de la URSS siguieron ayudando a la República española, que finalmente sucumbió. Ante esa derrota, México abrió sus puertas a cerca de 25 mil refugiados españoles, hombres y mujeres republicanos cuyas vidas corrían peligro en su patria. Muchos de ellos eran destacados intelectuales, artistas y científicos quienes rehicieron su vida en México, enriqueciendo la ciencia y la cultura nacional.
El asilo brindado a las niñas y niños españoles es una de las páginas brillantes de la política de asilo que ha caracterizado a nuestro país.