El fraccionamiento La Trinidad en Zumpango, Estado de México, aglutina 8 mil diminutas casas, la mitad se encuentran abandonadas.
De ellas sólo queda el cascarón, se han vuelto basureros. Todo lo que era susceptible de vender, fue robado.
Otras viviendas, abandonadas por sus legítimos propietarios, fueron invadidas.
El fraccionamiento inició su construcción en 2004 a cargo de la inmobiliaria Casas GEO, la cual, en cuanto entregó las viviendas a los trabajadores que hicieron válidos sus créditos en el Infonavit, desapareció.
Moisés, compró su casa hace 12 años.
Casas GEO después de que nos entregó la casa, el día que me entregaron la llave fue un 27 de marzo, a partir de esa fecha no tuve contacto con casas GEO”.
Los promotores de GEO, empresa fundada por el empresario Luis Orvañanos, vendieron la idea de que el tren suburbano pasaría cerca de Zumpango y el trayecto a la capital sería de 45 minutos.
El tren terminó en Cuautitlán, a una hora 40 minutos de La Trinidad y en total al centro de la Ciudad de México son 2 horas y media de camino.
Pero ese es el menor de los problemas de Moisés. En su casa tiene apenas lo indispensable: por temor a que se lo roben. Y porque en 30 metros cuadrados de superficie no hay espacio para más.
Yo no he comprado muebles porque no habito aquí, entonces me va a dar coraje me voy a enojar que venga y no encuentre nada. Básicamente nada más está la cama, la televisión y una silla y una mesa de madera, es lo que hay”, agregó Moisés.
Moisés tiene suerte, porque en La Trinidad las invasiones son cultura arraigada.
Llegó un vecino, compró su casa, pero ese vecino traía hermanos pequeños, sus hermanos pequeños tenían 15, 10 años, súmale esa cantidad de años y estos mismos hermanos son los que se han introducido en las otras casas, que obvio no son suyas. No vienen, no hay quien las cuide y se meten”.
La privacidad en La Trinidad no existe. Las construcciones, que aparentan ser una casa individual, son en realidad dos viviendas que comparten un mismo muro.
Esa trampa le costó a moisés 270 mil pesos, de los cuales en 12 años prácticamente sólo ha cubierto los intereses; aunque casas geo se esfumó, a él le llega puntual su descuento cada mes.
La última vez que vi el estado de cuenta eran 240, de 12 años he pagado 30 mil pesos digamos”, añadió Moisés.
Las viviendas fueron dotadas con servicios provisionales de luz y agua y no a través de contratos con CFE y la autoridad municipal, que se deslindó de responsabilidades, igual que Casas GEO.
La necesidad, dicen los residentes, los lleva a instalar tomas clandestinas y “diablitos” para iluminar sus viviendas.
Otras se mantienen a propósito en penumbras, igual que los fraccionamientos vecinos a la trinidad, que dan origen a historias criminales.
Cuando empezaron a escarbar para el nuevo fraccionamiento ahí hubo un cierto rumorcillo de qué habían encontrado cuerpos, cadáveres, pero si había mucha patrulla de este lado, incluso vinieron peritos”, Alonso, vecino del fraccionamiento.
Alonso renta una vivienda en La Trinidad por 500 pesos, lo máximo que puede pagar.
Su experiencia y la de moisés son similares al de otras personas que se la juegan en los cientos de fraccionamientos fantasma que existen en México, producto de una política fallida de vivienda en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando la corrupción fue su sello.
El nuevo aeropuerto Felipe Ángeles brinda una esperanza de recuperar la zona, pero ellos ya no creen.
Son promesas y como ya me las prometieron una vez, ya no las creo”, agregó Alonso.
Y ante la problemática expuesta, ¿Qué está haciendo el Infonavit en el actual gobierno?
En principio de cuentas, recuperar una parte de las 650 mil viviendas abandonadas que otorgó el instituto para que vuelvan a ser habitables, pero contando con servicios y desarrollo urbano.
Estamos focalizándolo sobre 100 mil viviendas que nosotros vemos que tienen condiciones de recuperabilidad. Qué significa esto: que son viviendas que hoy por el desarrollo urbano que ha pasado en las zonas se encuentran cerca de los centros urbanos, ya no están alejadas”, Carlos Martínez, director general de Infonavit.
Además, se suspendieron los juicios contra los trabajadores que dejaron de pagar sus créditos de vivienda, interpuestos en pasadas administraciones que judicializaron el problema.
Ahora, con el esquema “responsabilidad compartida” se les descuenta en promedio 250 mil pesos de su deuda y se establecen mensualidades preferenciales a tasa fija.
Y algo muy importante, las casas que construya el Infonavit deberán tener al menos dos recámaras y 50 metros cuadrados de superficie. Nunca más departamentos “huevito”.
La vivienda digna es un derecho, no una mercancía”, concluyó Carlos Martínez.