Los colores, el baile, el amor pero sobre todo el orgullo fueron los componentes principales de la marcha del orgullo LGBTIQ+, que se realizó este sábado en la Ciudad de México y que pintó de arcoíris la calles, luego de dos años de que se realizara solo de forma virtual por la pandemia.
“Fenomenal porque la gente viene con más entusiasmo, más feliz, y creo que veo mucha más gente que la última marcha que fue hace dos años es una ola de gente”, dijo Nayeli Ferreira, asistente a la marcha.
En esta edición número 44 se visibilizó y dignificó la diversidad. Siempre de forma pacífica.
“Yo vengo desde los noventas cuando era una marcha pequeña y éramos mal vistos por la misma población”, comentó Alex, asistente a la marcha.
“Me sentí querida me sentí aceptada por mi gente”, señaló Citlali, asistente.
Además, por primera vez en 4 décadas, las mujeres de la comunidad encabezaron la marcha.
¿Sus exigencias? Mayor respeto, inclusión, alto a la discriminación y a la violencia, así como justicia por todos los crímenes de odio que siguen impunes.
“Es mi primera marcha decidí ir porque este año me descubrí como persona trans y pensé que sería una buena oportunidad para poder sentir un poco de más libertad”, puntualizó Carolina, asistente.
Al llamado acudieron miles de personas; familias enteras que buscan concientizar a las nuevas generaciones.
“El amor no se da en géneros, es para todos es igual y venimos apoyando a todos y respetar todos los sentimientos que traemos y educar a nuestros hijos a que amen y quieran y no juzgar a la gente”, añadió Gabriela, asistente.
La marcha culminó en el zócalo capitalino, con un festival musical.
La comunidad LGBTIQ+ hizo frente a estigmas y prejuicios y demostró que el orgullo es diverso y el amor, de todos los colores.
“Nunca escondas tus colores”, concluyó Romina.