Valle de México

Los Reyes Magos Punks

Al primer minuto del 6 de enero, unas quince personas con los pelos pintados de colores, chamarras de cuero y tatuajes en la piel recorrieron la capital mexicana para entregar juguetes a “los invisibles de esta pandemia”.

“Pikos” Luis tiene 31 años juntando juguetes y gente para que cada Día de Reyes lleguen regalos a quienes no los tienen. Todo comenzó en su barrio de Ecatepec cuando su mamá lo amenazó con cortarle los pelos pintados y parados que lucía en aquellos días.

 

Y pensar que todo inició porque tenía que cuidarme los pelos de mi mamá, que me los quería cortar. En una de esas le dije a la jefa que si salía a dejar juguetes a los niños me dejaba los pelos ese año. También para que el barrio no satanizara a los punks, que nos juntábamos en ese momento. Así empezó este pedo de juntar juguetes para los chavos de la lleca (calle); y mira ahora, son un chingo de bolsas”, contó “Pikos” Luis.

 

En años anteriores se juntaban algunas donaciones de juguetes y ropa que personas solidarias entregaban al viejo punk. Año con año, más gente se ha sumado a la colecta en sus barrios y la repartición a la media noche.

Lo que antes eran diablitos de carga y seis o siete personas caminado por el centro de la ciudad, hoy se convirtieron en una caravana de automóviles repletos de bolsas con juguetes, ropa y víveres que distinta gente dejó en el café de Insurgentes #230.

La ruta de los Reyes no terminará en Belén, pero inicia en algunos predios de las comunidades indígenas en resistencia de la Ciudad de México. El primer lugar es en Zacatecas #74, en la colonia Roma, donde “Pikos” toca con fuerza la puerta y al cabo de unos segundos salen dos mujeres en pijama que sonríen al ver los pelos rojos y el rostro inconfundible del Rey Mago punk.

 

Ya llegaron, ya llegaron” gritan las mujeres de la comunidad Otomí mientras corren por el pasillo central del predio.

 

Todos los que despiertan corren a la puerta para recibir algún regalo en la noche de Los Reyes Magos.

Las bolsas fueron clasificadas unos días atrás para facilitar la entrega de los presentes. Adultos, niños, viejos, todos reciben un regalo que les guste.

Al terminar la repartición y ver que nadie faltó de recibir regalo, los niños partieron una piñata que dejó caer dulces y anillos de colores.

Los Punks levantaron sus bolsas y los restos de la piñata, y se montaron en los carros para ir al siguiente predio, en Avenida Chapultepec #380, donde pensaron que otra comunidad los esperaba.

Al llegar a las puertas y tocar con fuerza durante varios minutos, “Pikos” se preocupó.

 

“Ya llegaron los Reyes”, gritaba frente a la puerta de metal que no se abrió.

 

“No manches que la policía vino a sacar a la banda de aquí”, gritó “Pikos”.

Y cuando todos se estaban montando a los carros de nuevo, la puerta se abrió. Un joven y una chica que sonrieron

 

Son los Punks”, gritaron hacia adentro, y en unos minutos todos salieron para recibir juguetes y romper la piñata.

 

El tercer lugar fue en la calle Roma #7, donde el predio fue desalojado por última vez en el 2019 y las familias decidieron montar un campamento afuera del inmueble para protegerlo de demoliciones o invasiones.

Después, los Punks se fueron a la calle Puente de Alvarado, donde las trabajadoras sexuales y la gente en situación de calle fue recibiendo cobijas, maquillaje y ropa.

El último lugar fue en la calle de Articulo 123 y Balderas, donde una comunidad en situación de calle se levantó de las banquetas para recibir un presente de los Reyes Magos Punks.

 

Esto lo hacemos porque son nuestros niños. ¿Cómo van a estar aquí y no van a poder ni recibir algo en el Día de Reyes? Si la pandemia nos pegó a todos, imagínate para los invisibles del sistema”, concluyó “Pikos” Luis antes de despedirse de todos los solidarios que lo ayudaron este año.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button