Las palmeras de Ciudad de México enfrentan un enemigo invisible que las infecta a través del aire.
Hasta el momento, la Secretaría del Medio Ambiente capitalina (Sedema) ha contabilizado 12 mil 300 palmeras enfermas por un hongo, las cuales ya reciben tratamiento.
“Llevamos un avance de derribo de 143 palmeras derribadas y ya llevamos cerca de 700 palmas podadas, todavía nos falta, la meta son 11 mil, en poda, perdón, 11 mil 800 de poda y 493,94 de derribo”, Isidro Resillas, subdirector de Diseño y Evaluación de Proyectos de Infraestructura Verde de la Sedema.
Abordo de camionetas y cubiertas con lonas, para evitar la propagación de la infección, las palmeras llegan al vivero “Nezahualcóyotl”.
Son desinfectadas con un fungicida no contaminante y depositadas en máquinas trituradoras. Tras ser casi pulverizadas, los residuos son enterrados en tres hectáreas de zanjas, para, por fin, asfixiar al bicho y en seis meses desintegrarse.
“Son capas que van de triturado, se le vuelve a aplicar el tricoderma, se humedece, se pone tierra, se vuelve a humedecer y así finalmente nos venimos con tres, cuatro, cinco capas, dependiendo del tamaño de la fosa y de la capacidad que tenga”, agregó.
Desde el 2011 se tienen reportes de palmeras enfermas, sin embargo, las causas aún son desconocidas.
Entre las posibles causas, los expertos analizan las condiciones climáticas y la longevidad de las plantas.
“No es un tipo de vegetación que naturalmente se hubiera dado en este tipo de ecosistema, ese es un agravante para la salud, digamos de las palmeras. Otra es que las palmeras son viejas y como cualquier ser vivo tienen un ciclo también”, Marina Robles, secretaria del Medio Ambiente de CDMX.
No todo está perdido.
Seis mil palmeras aún pueden salvarse con la técnica de endoterapia, inyecciones con insecticida en su tejido, y las que sean sustituidas, volverán a adornar el Paseo de Palmas, sobre Avenida Reforma.
“Sí se van a sustituir palmeras, son las emblemáticas, por ejemplo, Avenida de las Palmas sí van a tener palmeras y vamos también trabajando con otra especie de palmeras como la huachintonia, que son resistentes a todos los patógenos, que, hasta la actualidad, se han encontrado”, Roberto Quintero, jefe de Unidad Departamental de Plagas y Enfermedades, Sedema.