Valle de México

Radicales de la ultraderecha se reúnen en CDMX

CPAC es una organización auspiciada, organizada y financiada por un segmento del Partido Republicano de Estados Unidos; defensores de derechos humanos en alerta por presunto fortalecimiento de estos grupos.

En un hotel exclusivo de Santa Fe, en Ciudad de México, inicia la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), que reunirá a líderes, organizaciones y políticos ultraconservadores pertecientes a la derecha radical. El evento, que se llevará a cabo hoy y mañana, 18 y 19 de noviembre, tiene como finalidad discutir las acciones del presente y futuras de la derecha en nuestro país.

Ese evento ha causado reacción dado que es una pasarela de personajes que han confesado abiertamente su admiración por fascistas y porque se oponen a temas de derechos humanos, de género y diversidad sexual, impulsan discursos antiinmigrantes, racistas y discriminatorios, por considerarlos contrarios a los supuestos valores tradicionales que enconan.

Además, es un evento organizado y financiado por un segmento del Partido Republicano de Estados Unidos y porque a sus integrantes los unen sus relaciones con el partido ultraconservador VOX, en España.

Es presidido por Eduardo Verástegui (presidente del grupo Movimiento Viva México), confeso admirador de Donald Trump y activista en contra del aborto, conocido ante los medios por sus declaraciones antivacunas en redes sociales, en el contexto de pandemia.

Pero además estarán otros personajes que cargan consigo pasados turbios, herencias culposas y presentes comprometedores como: Juan Iván Peña Neder (presidente de México Republicano); Lech Walesa (expresidente polaco y dirigente del Sindicato Solidaridad); senador republicano Ted Cruz; Steve Bannon (ex asesor de Trump); José Antonio Kast (diputado y ex contendiente a la presidencia chilena); Javier Milei (diputado argentino), y Eduardo Bolsonaro (hijo de Jair Bolsonaro y diputado brasileño).

Asimismo, Rosy Orozco (Comisión Unidos Vs. Trata); Alejandro Giammattei (presidente de Guatemala); Christopher Landau (exembajador de Estados Unidos en México), así como nietos y nietas de dictadores como Ramfis Domínguez-Trujillo (República Dominicana) y Zuri Ríos (Guatemala), entre otras y otros.

El programa señala que estaría Donald Trump en la clausura, aunque en su última versión ya no apareció confirmada su visita.

Este evento se lleva a cabo, unas semanas después de un festival clandestino, en la colonia Santa María la Ribera, que reunió a 300 neofascistas y neonazis, de acuerdo con diario El País. Además, se enmarca en dos noticias relevantes en el ámbito político: los republicanos lograron mayoría en la Cámara de Representantes y el martes 15 de noviembre por la noche, Donald Trump, anunció que se presentará en las elecciones de 2024, por lo que no es fortuito que CPAC haya elegido México.

Las reacciones que han generado tiene que ver con la preocupación e incidencia que tienen estos grupos, que han develado intereses políticos en nuestro país, pero también porque con su presunto fortalecimiento, la lucha por los derechos humanos se ve amenazada, tal como compartieron activistas e investigadores en un evento que realizó la organización internacional Ipas México.

Una mirada transnacional de CPAC

La incidencia de estos grupos radicales, no se limita al territorio mexicano, si no que se extiende a América Latina y lleva en ejercicio, por lo menos, hace 50 años. Con respecto a la CPAC, ha organizado reuniones desde 1974, en Estados Unidos, Israel, Hungría, Japón, Austria y Brasil.

Sara Corrêa, activista feminista, investigadora y coordinadora del Observatorio de Sexualidad y Política en Brasil, señala a Once Noticias que hay dos características importantes que definen a CPAC: su dimensión histórica y sus relaciones transnacionales.

Y es que esta organización se creó en Estados Unidos, luego de la aprobación del dictamen Roe vs Wade, emitido por la Corte Suprema de Estados Unidos (1973), para reconocer el derecho al aborto como constitucional y que reconfiguró a la política estadounidense, debido a que surgieron grupos a favor y en contra. Un año después se creó CPAC.

La investigadora señala que además fue parte de un primer movimiento de la nueva derecha, aunque lo hizo acompañado de la creación de instituciones conocidas como “Think tank”, laboratorios intelectuales, utilizadas principalmente por las derechas.

Corrêa agregó que la maduración de los radicales de derecha y ultraderecha ha sido dispersa, lenta y continua, y sus defectos políticos se empezaron a ver hace como 10 años.

Sin embargo, esa reconfiguración de las derechas, a través de estos grupos y organizaciones, ha comenzado a tener más vitalidad, desde Estados Unidos, luego de que Trump llegara al poder. Aunque, desde el principio han tenido conexiones cercanas con América Latina.

“No es nada nuevo, se remonta a esas primeras eras de la reorganización de la derecha. La CPAC nos permite comprender la genealogía del giro de la ultraderecha del siglo XX”.

En México, no es fortuita su presencia, como tampoco lo fue en Brasil, dado que CPAC arribó a este país luego de que Jair Bolsonaro llegara a la presidencia, en 2019, por lo que Côrrea considera que catapultó a las nuevas caras de la derecha brasileña.

Brasil y México, son los únicos países de la región en donde se ha organizado CPAC, aunque ha mantenido relaciones con otros países y con actores políticos de la derecha en Chile, Argentina, Guatemala y República Dominicana.

En Europa, por ejemplo, uno de los países con quien mantiene relaciones es Hungría, país que por cierto estará representado el 19 de noviembre en la cumbre, en Santa Fe, por Miklos Szantho y Gergerly Gulyás, para hablar sobre la nueva derecha europea y la esperanza de los conservadores. También con España, Polonia.

Así, la elección de México para llevar a cabo esta cumbre de radicales de derecha y ultraderecha, no es fortuita, dadas las condiciones geopolíticas –su situación de vecindad con Estados Unidos– que interesa a esos grupos, y en sus relaciones con la ultraderecha religiosa (como el Frente por la Familia) con grupos políticos estadounidenses.

La investigadora brasileña sostiene que, además, hubieron relaciones muy cercanas de organizaciones mexicanas y redes del ambiente religioso católico con actores políticos bolsonaristas apoyados desde nuestro país.

CPAC en México: ¿una nueva intervención estadounidense?

Lo que llama la atención de este evento en nuestro país, son los personajes que desfilarán en él y las revelaciones que han hecho sus representantes ante medios de comunicación, dado que han manifestado intenciones políticas, pero también señalan que buscan aglomerar a las clases medias para que tengan representación política, bajo el auspicio del republicanismo estadounidense.

Una figura relevantes es Juan Iván Peña Neder, presidente del partido México Republicano, un partido local en Chihuahua y binacional que busca ser un clon del Partido Republicano en México, de acuerdo con Gissele Zaranberg (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, México).

La investigadora lo consideró un partidario camaleónico que se ha movido por diversos partidos políticos, además de que es un confeso admirador de Hitler, y tiene tras de sí cargos de violación tumultuaria de su ex esposa, por lo que estuvo dos años presos en Matamoros, tal como expusieron diversos medios de comunicación, en el año 2018.

Además, fue acusado de tejer una red de corrupción por traficar con permisos falsos de casinos desde la Secretaría de Gobernación, durante el sexenio de Felipe Calderón, “se declaró por medio de movimiento México Despierta a favor de la esterilización de mujeres indígenas”, declaró Gissele.

Fernanda Díaz de León, directora de Incidencia de Ipas México, dijo en entrevista con Once Noticias que este evento de acción política es una plataforma que busca vincular activistas y políticos para impulsar una agenda conservadora republicana en los países que tiene presencia.

Fernanda considera que es un capítulo republicano estadounidense en México dadas las declaraciones que ha hecho Peña Neder de que se trata de un partido binacional cuya ideología es compartida con la fuerza republicana ultraconservadora de Estados Unidos.

“Preocupa al explorar su perfil de Peña Neder, son personas que impulsan valores que van en contra de los derechos humanos que tanto ha costado contruir”, comparte Díaz.

En nuestro país, tal como explico Díaz de León, este partido tiene registro local en Chihuahua y considera que existe la posibilidad de que pueda extenderse.

La activista aseguró que en México existen condiciones para que se lleve a cabo este evento y tenga presencia CPAC, dado que estos grupos buscan a países con características compartidas, por ejemplo, que tengan alta densidad de población religiosa y líderes que busquen ampliar su agenda, y que mantienen vínculos con el partido VOX, pero recientemente con Trump.

Derechos humanos, ¿en riesgo?

Al conversar sobre si los derechos humanos estarían en riesgo con el fortalecimiento de estos grupos, Fernanda Díaz de León y Sara aseguran a Once Noticias que México es reconocido porque tiene trayectoria en el reconocimiento de los derechos humanos.

Sin embargo, estos grupos suelen tener objetivos a mediano y largo plazo, como en el caso de Roe vs Wade en Estados Unidos, cuya revocación fue producto del trabajo de los grupos ultraconservadores a largo plazo y no como una decisión que surgió como última estancia.

Ante tal, dijo que existe esos mismo patrones y decisiones se puedan reproducir en el país si estos grupos continúan su fortalecimiento. Y es que, en el caso del derecho de las mujeres a decidir, estos personajes han proclamado en contra del aborto.

En ese tenor, Sara expresó que los derechos de las mujeres, de las diversidades sexuales, de grupos étnicos, son todavía un pendiente en las agendas progresistas actuales, dado que pese hay reconocimientos y avances, hay temas como el aborto que aún deben ser asegurados.

La experta y activista aseguró que los temas de género y sexualidad son nodales y centrales, tanto es así que lo han utilizado también las fuerzas de derecha para generar pánico político y moral, en diversos países como Colombia, Costa Rica y el mismo Brasil.

“El discurso de que el género es una ideología y se le asocia al comunismo, marxismo, castrochavismo, es un síntoma de la lógica antiigualitaria”, expresó.

Para Fernanda, tal como expresó a Once Noticias, es necesario fortalecer las instituciones del Estado, para evitar que en un futuro cercano estos grupos socaven los avances en materia de derechos humanos y de las mujeres.

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