CienciaEconomía

50% de personas pagaría más por una marca que cuida el medio ambiente: estudio

Llaman a empresas a implementar metodologías para ser más verdes y evitar más afectaciones, sobre todo, a la población en pobreza

¿Estarías dispuesto a pagar más por una marca que cuida el medio ambiente? De acuerdo con un estudio de IBM más de la mitad de los usuarios están dispuestos a pagar más por marcas sostenibles y ambientalmente responsables. Y 62% dice que puede cambiar sus hábitos de compra para reducir el impacto ambiental.

Sin embargo, la firma tecnológica advierte que aunque 86% de las empresas dicen tener un programa de sostenibilidad, son muy pocas aun las que lo aplican, apenas 37%, señala el estudio.

Los mayores obstáculos para el avance de las metas ambientales son claros para las organizaciones, advierte el estudio de IBM, los ejecutivos de la región destacan dificultades como bloqueos tecnológicos (35%), resistencia de los clientes (33%), barreras regulatorias (31%) y falta de datos y/o información (29%).

“La sostenibilidad debe ocupar un lugar central en la agenda corporativa para impulsar la relación entre las empresas y la sociedad. Por lo general, los objetivos sociales defendidos con una perspectiva ESG (Environment Social Governance) incluyen trabajar para lograr un determinado conjunto de metas ambientales, así como enfocarse en aquellos objetivos relacionados con el apoyo a ciertos movimientos sociales, y un tercer grupo de metas para evaluar si la corporación se gobierna de manera consistente con la diversidad, la equidad y la inclusión, y tomar acciones correctivas en caso de ser necesario”, señala Leonardo Riego Pereira, New Ways of Working Leader en IBM Consulting América Latina.

De acuerdo con el Banco Mundial, es importante que las empresas trabajen más en planes de cuidado del medio ambiente, pues las personas en pobreza son las mayormente afectadas por el cambio climático.

Señala que cuanto más pobre es una comunidad, más vulnerable es a los peligros naturales y al cambio climático. Detalla que hoy, los desastres empujan a 26 millones de personas a la pobreza cada año.

Para las familias campesinas con ahorros limitados, una inundación o sequía que arruine los cultivos es económicamente devastadora. Y esto es tanto a corto plazo, con la pérdida de ingresos que reduce el acceso a los alimentos y otras necesidades, como a largo plazo, ya que los efectos en la educación y la salud limitan los horizontes de los niños durante toda su vida.

“Las empresas privadas y los inversionistas pueden apoyar la adaptación y la resiliencia, invirtiendo, por ejemplo, en casas a prueba de huracanes, riego eficiente, microrredes resilientes y cadenas de suministro y logística que limitan la interrupción cuando ocurren los desastres.  Y podrían innovar más: en la actualidad, solo 0.5% de las patentes mundiales promueven la adaptación y la resiliencia climáticas. La clave es preparar planes nacionales con evaluaciones de mercado que puedan aglomerarse en el sector privado”, señala el Banco Mundial.

IBM tiene una metodología para que las empresas sean sostenibles. El ejecutivo de la tecnológica señala que en América Latina, por ejemplo, Fundación Plan21 para El Desarrollo Sostenible, aprovechó esta metodología para crear un proyecto que ayude a los pequeños agricultores de la región a gestionar sus cultivos de forma más sostenible, aumentar su productividad y sus ingresos, así como a crear conciencia en el consumidor y desarrollar mercados más responsables.

Otro caso, dice Leonardo Riego Pereira es el de Abertis Group. La empresa, con presencia mundial y líder en la gestión de autopistas e infraestructura, se asoció con IBM para ayudar a sus clientes a afrontar los retos de movilidad del futuro, relacionados principalmente con el cuidado del medio ambiente, en aquellos países donde la organización está presente.

“A medida que el cambio climático continúa produciendo riesgos financieros cada vez mayores, tenemos la oportunidad de empoderar a las organizaciones para impulsar nuevas prácticas innovadoras de transformación cultural hacia modelos colaborativos que favorezcan la productividad con propósito social. El cambio es necesario y, junto a la tecnología, estos procesos ayudarán a que las empresas tomen acción favoreciendo a toda la sociedad”, asevera.

 

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