Alertan riesgos en el último ‘pulmón’ de Naucalpan, Edomex
El Bosque de los Remedios alguna vez tuvo 400 hectáreas, hoy le quedan menos de 114.
El deterioro del Bosque de los Remedios es un hecho, de acuerdo con el proyecto “Los Remedios: el último pulmón de Naucalpan“, elaborado por Corriente Alterna, laboratorio de periodismo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Según sus estimaciones, este sitio natural, ubicado en el extremo oeste del municipio de Naucalpan, en Estado de México, ha perdido 75% de su superficie durante los años recientes. De acuerdo con ese proyecto e investigación, “Los Remedios”, alguna vez tuvo 400 hectáreas. Hoy le quedan menos de 114.
De acuerdo con la Comisión Estatal de Parques Naturales y de la Fauna (Cepanaf), del gobierno de Estado de México, este parque fue creado por decreto en 1938 con un área de 400 hectáreas. Dentro de sus fronteras está el Santuario de la Virgen de Los Remedios, un acueducto colonial y una zona arqueológica con un templo Chichimeca. Todos estos se encuentran alrededor de la montaña llamada Cerro Moctezuma.
Leyenda natural
El sitio fue un observatorio Azteca y también se cree que es donde Hernán Cortés y sus hombres descansaban después de huir de Tenochtitlan. Este importante acueducto tiene 461 metros de longitud y el arco mayor una altura de 40 metros, integrándose por 40 de ellos. La primera etapa fue construida en 1616 bajo la orden del virrey Diego Fernández de Córdoba, con el objetivo de llevar agua al Santuario de los Remedios de un manantial a la villa de San Francisco Chimalpa. Esta agua fue también usada para regar campos en las villas de San Bartolomé, Santa María Nativitas y Santa Cruz.
Detrás de su historia se halla el hecho de que, el propio presidente Lázaro Cárdenas, quien nacionalizó la industria petrolera, convirtió en 1938 a Los Remedios en Área Nacional Protegida bajo la figura de Parque Nacional, gracias a la privilegiada vista que el lugar tenía sobre el Valle de México.
La investigación de los expertos de la UNAM añade que, como parte de la primera generación de Parques Nacionales, la declaratoria de protección de Los Remedios llegó 50 años antes que todas las de Chiapas, Yucatán y el Caribe mexicano.
Ecologistas en pro de Los Remedios
La realidad es que, aunque activistas, se han dado a la tarea de iniciar una cruzada para ayudar a que este bosque no agonice, a veces la tarea resulta imposible, ante la avalancha de basura, unicel y plástico que hay en los ríos de este bosque y la inconsciencia del ser humano.
Por ello, cada último sábado del mes, desde 2016, integrantes de la asociación civil Ecopil Crea Arte y Conciencia, la organización Enchúlame el Río y otros activistas ambientales acuden a Los Remedios para retirar basura en el bosque y el Río Chico, que atraviesa esta área natural.
En costalillas, los activistas depositan envolturas, botellas y desechos que se acumulan bajo la sombra de eucaliptos de más de 50 metros de altura. Pero lo que más hallan es cascajo, despojos de edificaciones.
Y como la opción de apoyo más reciente para evitar que Los Remedios agonice, está el proyecto de la UNAM, que tiene como fin crear conciencia entre la sociedad para cuidar y mantener vivo el último perímetro verde de Naucalpan.
“Ha pasado de ser uno de los grandes pulmones de nuestro país a convertirse en un cementerio. Carreteras, pasos de gasoductos y de gigantescas torres de electricidad”, señala el grupo de investigadores.
El proyecto consta de un podcast, un cortometraje y un reportaje dividido en tres entregas.
Otros datos
El bosque aporta más de lo que se le ha arrebatado. Su biodiversidad es tan rica, que ahí viven más de mil 588 especies, prácticamente cuatro de cada diez que habitan en Naucalpan, según registró una investigación autofinanciada por Gustavo García, biólogo, investigador independiente y profesor del Colegio de Ciencias y Humanidades Naucalpan.
El biólogo conoce este lugar como la palma de su mano y desde la niñez. Por eso, sin temor a equivocarse asegura que, ahí habitan pájaros carpinteros, colibríes y águilas; especies de importancia médica como las arañas viudas negras o las serpientes de cascabel; tlacuaches y cacomixtles; decenas de insectos de formas tan variadas como el follaje; además de hongos, flores, diversidad de cactos, pinos, oyameles y muchos, muchos eucaliptos.
“(…) vas comprendiendo, conforme pasa el tiempo, que efectivamente el impacto está sobre estos remanentes de flora y fauna. Comprendes que se tiene que hacer algo al respecto”, subraya García.