Las arañas son de los artópodos menos carismáticos para la mayoría de la gente; sin embargo, pocas han tenido cierto éxito en los medios y redes sociales.
Las diminutas arañas bailarinas endémicas de Australia tienen más seguidores en Twitter e Instagram que varios influencers.
Otras como las tarántulas han incursionado en el séptimo arte, lo que las popularizó como mascotas hasta casi llevar a la extinción a más de una especie, incluyendo varias mexicanas.
Sin contar la gran publicidad que les ha dado “Spiderman”, algo que la posmodernidad tal vez pudiera llamar apropiación evolutiva.
Pese a su innegable éxito, siguen siendo incomprendidas, no sólo por el gran público que desconoce su diversidad y sorprendentes atributos naturales, también por la ciencia. La conducta arácnida es un gran misterio y sin duda la más sorprendente es el tejido de las telarañas, algunas otras parecen mostrar rasgos de inteligencia.
Pero ahora una investigación de Daniela Rosner, de la Univesidad de Konstanz, en Alemania, sobre los momentos de descanso de una pequeña araña saltarina llamada evarcha arcuata, la cual muestra movimientos que parece ser análogos al movimiento ocular que tenemos los mamíferos cuando soñamos.
El dormir es en sí mismo otro gran misterio natural, pero soñar lo es aún más y este estudio pudiera indicar que si las arañas sueñan, tal vez es un rasgo más común y con algún origen evolutivo no imaginado.
Las evarcha arcuata se cuelgan cabeza abajo para dormir, luego de un tiempo comienzan a tener una serie de espasmos en sus patas, movimientos que sugieren ensoñaciones.
Las arañas tienen ocho ojos en total, cuya estructura luce más simple que el ojo humano, una lente al final de un tubo en cuyo fondo se halla una retina que se mueve para escanear el entorno.
En el estudio publicado el lunes, los investigadores filmaron 34 arañas que al dormir movían tanto las extremidades como la retina por exactamente 80 segundos cada 15 o 20 minutos. Ahora, la pregunta es qué soñarán.