Atenas, capital europea poco adaptada a las olas de calor
En Atenas advierten sobre los riesgos del calor extremo en una ciudad densamente poblada.a
Atenas, una de las capitales más calurosas de Europa, es particularmente vulnerable a las olas de calor debido a la alta densidad de la población, la presencia masiva de hormigón y sus pocos espacios verdes, según los expertos.
Desde hace más de una semana, el calor abrumador ocupa la mayor parte de las conversaciones cuando, por la tarde, sus habitantes disfrutan de una muy relativa frescura en las terrazas de los cafés.
Se espera que el termómetro vuelva a superar los 40 ºC este fin de semana, obligando a las autoridades a cerrar el acceso a la Acrópolis a mitad del día.
La ola de calor continuará hasta finales de mes, con “temperaturas de más de 40 ºC durante 6 o 7 días“, anunció el viernes el meteorólogo Panagiotis Giannopoulos.
En 2007, Atenas, con sus más de 3 millones de habitantes, ya había registrado un récord de 44.8 ºC.
“Con el hormigón y el asfalto, las ciudades se convierten en hornos. En Atenas hay muy pocos espacios verdes que permitan reducir la temperatura”, explica Kostas Lagouvardos, director del instituto para la investigación medioambiental y el desarrollo sostenible del Observatorio Nacional de Atenas.
“Además los bosques que rodean la ciudad están desapareciendo debido a los incendios”, lamenta.
Atenas, habitualmente propicia a un clima más moderado -gracias a sus ríos y colinas-, es víctima de las obras de hormigón. Desde la cima de la Acrópolis, la ciudad se extiende hasta donde alcanza la vista con una maraña de edificios y casas, pero pocos espacios verdes.
Su centro es el segundo más densamente poblado en Europa después de París, según Eurostat.
“En Grecia se construye todo el tiempo y en todas partes”, resume el urbanista Aris Kalandides.
Proyectos contrarios a prioridades ambientales
Según las cifras de la ONG WWF, en Atenas hay 0.96 m2 de espacio verde por habitante, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda 9 m2.
Con solo 11% de su superficie cubierta de árboles, Atenas es la menos verde de todas las capitales europeas, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
La falta de estrategia y de voluntad política parecen ser los principales obstáculos para revertir esta tendencia, según los especialistas.
En 2021, Atenas nombró a su primer responsable climático, encargado de tomar decisiones con el fin de adaptar infraestructuras y comportamientos al cambio climático.
El nombramiento se acompañó de un préstamo de 5 millones de euros (5.57 millones de dólares) del Banco Europeo de Inversiones (BEI).
“El tejido urbano de Atenas está constituido por construcciones densas que cubren 80% de su superficie. Todo este asfalto y hormigón retienen el calor” durante las épocas de altas temperaturas, señala el BEI en un informe.
Entre los proyectos lanzados desde entonces figuran la creación de tres “corredores verdes” y una mejor gestión del agua en la colina más alta, el Licabeto.
No obstante, otros son contrarios a las prioridades ambientales. Se cortaron decenas de árboles para la construcción de nuevas estaciones de metro y en el terreno del antiguo aeropuerto de Elliniko se construirá un enorme complejo inmobiliario.
Por su parte, el “gran paseo” -previsto en el centro de Atenas, con árboles y bancos- sigue en construcción desde hace tres años.
“Falta una planificación política y un compromiso del conjunto de la población”, lamenta Iris Lykourioti, profesora asociada en el departamento de Arquitectura de la universidad de Tesalia.
“Estamos en un período en el que las políticas de inversión prevalecen sobre la protección del medio ambiente”, lamenta, señalando la falta de información, educación y sensibilización sobre temas que son cruciales para el futuro de la ciudad.