Este sábado, gracias al alunizaje de su sonda SLIM, Japón se suma a la selecta lista de países que lograron posarse en el satélite terrestre, en una carrera que incluye planes de reanudar los vuelos tripulados.
Hasta ahora, Estados Unidos es el único país que ha enviado astronautas a la Luna, de 1969 a 1972, en el marco del programa Apolo. La NASA ignoró durante mucho tiempo al satélite, por motivos presupuestarios entre otros, pero en 2017 lanzó el programa Artemis, que prevé el regreso de astronautas, entre ellos, por primera vez, a una mujer y a un hombre negro.
La Agencia Espacial de Estados Unidos también busca construir una base en la superficie de la Luna y una estación espacial en su órbita. Sin embargo, las dos primeras misiones con tripulación de ese programa, Artemis 2 y 3, fueron postergadas hasta septiembre de 2025 y septiembre de 2026.
La NASA se asocia actualmente a empresas privadas para reducir costes, pero esto también la vuelve más dependiente.
El cohete Starship, encargado a la empresa privada SpaceX para Artemis 3, dista mucho de estar listo, dado que explotó durante sus dos primeros vuelos de prueba el año pasado. En febrero debería realizarse un nuevo ensayo.
Astrobotic, otra compañía privada estadounidense a la que la NASA encargó el envío de material científico a la Luna, anunció el 10 de enero que su módulo de alunizaje estaba experimentando graves problemas desde su despegue y que no había “ninguna posibilidad” de que se posara suavemente en la Luna.
Las ambiciones de Rusia
Rusia fracasó el año pasado en su intento de posar en la Luna su sonda Luna-25, que constituía su primera misión hacia el satélite terrestre desde 1976. Tras haber brillado en tiempos de la extinta Unión Soviética, el sector espacial ruso adolece de varios problemas debido a una financiación insuficiente, corrupción y el aislamiento de Moscú desde la invasión de Ucrania en 2022.
El presidente Vladimir Putin prometió mantener la financiación de misiones lunares. Además, Rusia se asoció al proyecto chino de establecer una base lunar, que compite con el programa estadounidense Artemis.
La propulsión china
El gigante asiático planea enviar astronautas a la Luna antes de 2030 y tiene como principal objetivo construir allí una base.
China envió a su primer astronauta al espacio en 2003, mucho tiempo después de que lo hicieran los soviéticos y los estadounidenses en 1961, en plena Guerra Fría, pero su programa espacial cobró impulso a golpe de inversiones multimillonarias.
China logró su primer alunizaje en 2013. En 2019 logró una hazaña histórica: posar una nave en la cara oculta de la Luna. En 2020 consiguió hacer regresar una nave con muestras lunares, una operación que no se había logrado en más de 40 años. En 2021 logró posar un robot en Marte.
Este año, una nueva misión china debería traer muestras lunares a la Tierra.
La emergencia India
Aunque disponga de medios mucho más modestos que las potencias espaciales ya consolidadas, el año pasado India consiguió posar una nave no tripulada, Chandrayaan-3, cerca del polo sur lunar. El primer ministro, Narendra Modi, quiere enviar a un indio a la Luna hacia 2040.
A corto plazo, el país prevé enviar una nueva sonda a las regiones polares de la Luna en 2025, en colaboración con Japón.
El primer éxito de Japón
El logro conseguido este sábado por Japón, que posó su módulo espacial SLIM con precisión en la superficie lunar, sigue a dos intentos infructuosos. Sin embargo, la sonda registró problemas en los paneles solares, que dejaron de generar energía.
En 2022, el país insular envió sin éxito la sonda lunar Omotenashi como parte de la misión estadounidense Artemis 1. En abril de 2023, la empresa emergente ispace intentó convertirse en la primera firma privada en llegar a la Luna, pero perdió la comunicación con su nave después de un “aterrizaje duro”.
Otros actores más pequeños
La Agencia Espacial Europea (ESA) también se ha interesado por la Luna, sobre todo con colaboraciones internacionales, como con Estados Unidos y Japón.
Corea del Sur colocó en órbita lunar su sonda Danuri a finales de 2022 y busca posar un artefacto en la Luna en 2032. Intuitive Machines, una empresa emergente estadounidense contratada por la NASA para una misión lunar de tipo logístico, probará suerte este año.
Hasta ahora, ninguna empresa privada ha logrado llevar a cabo un alunizaje.