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Cambios en el clima acabaron con la megafauna de Norteamérica

La extinción de los mamíferos más grandes de América del Norte no fue impulsada por la caza excesiva de poblaciones humanas en rápida expansión tras su entrada en las Américas.

En cambio, los hallazgos de un estudio basados en un nuevo enfoque de modelado estadístico, sugieren que las poblaciones de grandes mamíferos fluctuaron en respuesta al cambio climático, con disminuciones drásticas de las temperaturas hace unos 13 mil años iniciando el declive y extinción de estas criaturas masivas.

Hace decenas de miles de años, América del Norte era el hogar de muchas criaturas grandes y exóticas, como mamuts, perezosos gigantes que viven en el suelo, castores más grandes que la vida y enormes criaturas parecidas a armadillos conocidas como gliptodontes.

Pero hace unos 10 mil años, la mayoría de los animales de América del Norte que pesaban más de 44 kilos, también conocidos como megafauna, habían desaparecido.

Los investigadores del Grupo de Investigación de Eventos Extremos Max Planck en Jena, Alemania, querían descubrir qué llevó a estas extinciones.

El tema se ha debatido intensamente durante décadas, y la mayoría de los investigadores argumentan que la caza excesiva humana, el cambio climático o alguna combinación de los dos fueron los responsables.

Con un nuevo enfoque estadístico, los investigadores encontraron pruebas sólidas de que el cambio climático fue el principal impulsor de la extinción.

Desde la década de 1960, se ha planteado la hipótesis de que, a medida que las poblaciones humanas crecieron y se expandieron por los continentes, la llegada de cazadores especializados en caza mayor a las Américas hace unos 14 mil años llevó rápidamente a la extinción a muchos mamíferos gigantes.

Los animales grandes no poseían los comportamientos anti-depredadores apropiados para lidiar con un depredador novedoso, altamente social, que manejaba herramientas, lo que los hacía particularmente fáciles de cazar.

Según los defensores de esta hipótesis de la exageración, los humanos se aprovecharon al máximo de la presa fácil de cazar, devastando las poblaciones de animales y llevando descuidadamente a las criaturas gigantes a la extinción.

Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta idea.

Muchos científicos han argumentado que hay muy poca evidencia arqueológica para apoyar la idea de que la caza de megafauna fue lo suficientemente persistente o generalizada como para causar extinciones.

En cambio, los importantes cambios climáticos y ecológicos pueden haber sido los culpables.

Alrededor de la época de las extinciones, hubo dos cambios climáticos importantes.

El primero fue un período de calentamiento abrupto que comenzó hace unos 14 mil 700 años, y el segundo fue una ola de frío hace unos 12 mil 900 años durante la cual el hemisferio norte volvió a condiciones casi glaciales.

Uno o ambos de estos importantes cambios de temperatura, y sus ramificaciones ecológicas, se han visto implicados en las extinciones de la megafauna.

 

Un enfoque común ha sido tratar de determinar el momento de las extinciones de la megafauna y ver cómo se alinean con la llegada humana a las Américas o algún evento climático”, comentó Mathew Stewart, coautor principal del estudio.

 

Sin embargo, la extinción es un proceso, lo que significa que se desarrolla durante un período de tiempo, por lo que para comprender qué causó la desaparición de la megafauna de América del Norte, es crucial que comprendamos cómo fluctuaron sus poblaciones en el período previo a la extinción. Sin esos patrones a largo plazo, todo lo que podemos ver son coincidencias aproximadas”, agregó.

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