Cerca de 61 mil personas murieron por calor el verano pasado en Europa
Los océanos del mundo alcanzaron una temperatura máxima histórica la semana pasada, superando el récord anterior de 2016.
Ante los récords de temperatura en todo el mundo es imprescindible anticipar los límites de calor y humedad que puede soportar el cuerpo humano.
El término científico internacional para medir esa capacidad de resistencia es la “temperatura de globo y bulbo húmedo (TGBH)”, que combina el cálculo del calor con el grado de humedad.
El “bulbo” es el depósito de mercurio de un termómetro tradicional, envuelto en un paño húmedo, cuya evaporación sirve para medir la temperatura húmeda del aire.
El “globo” es una esfera hueca pintada de negro que adosada a un termómetro sirve para medir la radiación térmica.
Los expertos calculan como término medio que una persona joven, perfectamente sana, morirá al cabo de seis horas de exposición a una temperatura TGBH de 35º C (95 grados Fahrenheit).
Esa temperatura equivale a 35° C de calor seco y 100% de humedad, o 46° C con un 50% de humedad.
Al llegar a ese punto crítico, el sudor, la principal herramienta del cuerpo para reducir su temperatura central, no logra evaporarse de la piel, lo que eventualmente conduce a un golpe de calor, un colapso de los órganos internos y la muerte.
“Solo se ha alcanzado una TGBH de 35° C una docena de veces, principalmente en el sur de Asia y el Golfo Pérsico”, declaró Colin Raymond, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.
Ninguno de esos casos duró más de dos horas, lo que significa que nunca ha habido “fenómenos de mortalidad masiva” vinculados a este límite de supervivencia humana, dijo Raymond, autor de un amplio estudio sobre el tema.
Pero el calor extremo no necesita acercarse a ese nivel para matar a una persona.
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De hecho, todo el mundo tiene un umbral diferente según su edad, salud y otros factores sociales y económicos, dicen los expertos.
Por ejemplo, se estima que más de 61 mil personas murieron debido al calor del verano pasado en Europa, donde rara vez hay suficiente humedad para crear “temperaturas de bulbo húmedo” peligrosas.
Pero a medida que las temperaturas continúan aumentando (el mes de julio fue el más cálido registrado hasta ahora), los científicos advierten que los episodios de TGBH también serán más habituales.
La frecuencia de tales eventos se ha, como mínimo, duplicado en los últimos 40 años, explica Raymond, que considera el aumento como una consecuencia grave del cambio climático causado por el hombre.
Calculó que las temperaturas de bulbo húmedo “superarán regularmente” los 35° C en varios puntos del mundo en las próximas décadas si el mundo se calienta 2.5° C por encima de los niveles preindustriales.
Para probar este límite, los investigadores de la universidad pública de Pensilvania midieron las temperaturas centrales de personas jóvenes y sanas dentro de una cámara térmica.
Los participantes alcanzaron su “límite ambiental crítico”, cuando su cuerpo no podía evitar que su temperatura central siguiera aumentando, a una TGBH de 30,6° C.
Joy Monteiro, un investigador en India que el mes pasado publicó un estudio en Nature que analiza las temperaturas de bulbo húmedo en el sur de Asia, dijo que la mayoría de las olas de calor mortales en la región estaban muy por debajo del umbral teórico 35° C.
La resistencia humana a esas temperaturas es “tremendamente diferente en función de cada persona”, dijo.
Los ancianos, los más vulnerables
“No vivimos en un vacío, especialmente los niños”, dijo Ayesha Kadir, pediatra del Reino Unido y asesora de salud de Save the Children.
Los niños pequeños tienen menos capacidad de regular su temperatura corporal, lo que los pone en mayor riesgo, comentó.
Pero son las personas mayores, que tienen menos glándulas sudoríparas, son las más vulnerables. Casi el 90% de las muertes relacionadas con el calor en Europa el verano pasado se produjeron entre personas mayores de 65 años.
Las personas que tienen que trabajar al aire libre con temperaturas elevadas también corren un mayor riesgo. Monteiro señaló que las personas que no tienen acceso a baños a menudo beben menos agua, lo que provoca deshidratación.
Su investigación ha demostrado que el fenómeno meteorológico El Niño ha elevado la TGBH en el pasado.
Se espera que el actual El Niño, el primero en cuatro años, alcance su cénit a fines de este año.
Las temperaturas de bulbo húmedo también están estrechamente relacionadas con las temperaturas de la superficie del océano, dijo Raymond.
Los océanos del mundo alcanzaron una temperatura máxima histórica la semana pasada, superando el récord anterior de 2016, según el observatorio climático de la Unión Europea.