En el monte Qomolangma, en la meseta del Tibet, opera la estación meteorológica instalada a mayor altura en todo el mundo, a más de 8 mil 800 metros sobre el nivel del mar.
Desde un campamento científico a menor altitud, especialistas chinos emprendieron la expedición “Peak Mission”, para monitorear los niveles de ozono a gran altura.
Principalmente queremos observar al ozono en dos de sus facetas, cuando es benéfico estando en la estratosfera para bloquear los rayos UV provenientes del sol, y que provee a los seres humanos una capa protectora y también analizar su impacto en detrimento de la salud humana, cuando lo encontramos a nivel del suelo, donde se vuelve perjudicial para nuestro sistema respiratorio”, Zhu Tong, investigador en Ciencias Ambientales, Universidad de Beijing
Las investigaciones buscan comprender cómo se distribuye el ozono en el entorno cambiante de la meseta del Tibet y compararlo con el comportamiento de este elemento en entornos como los de las grandes ciudades.
Para medir la dispersión del ozono en las distintas capas de nuestra atmósfera, lanzaron decenas de globos sonda, capaces de elevarse más de 39 kilómetros, hasta alcanzar la estratósfera.
Con la ayuda de estos globos sonda, monitores de ozono, podemos medir su distribución desde el nivel del mar hasta las zonas más altas en la atmósfera. El volúmen que se genera en el suelo y que es transmitido hasta la estratosfera y si este gas tiene una influencia importante en nuestra salud y en la salud de la atmósfera”, Zhu Tong, investigador en Ciencias Ambientales, Universidad de Beijing
Otros de los proyectos que se desarrollan en la estación atmosférica de la montaña Qomolangma, es el estudio de la densidad de la nieve en alturas elevadas, así como los niveles de humedad y la condición de los vientos en esa región. Estos datos serán de utilidad para la comprensión de las dinámicas climáticas en alta montaña.